El Codigo Real

NUEVO TESTAMENTO
TEXTUAL HEBRAICO
Introducción
La inmensa mayoría de los que han dado al mundo, en sus lenguas nacionales, el contenido de la historia de Yeshua,
el Rabino de Nazaret, como aparecen en los documentos conocidos popularmente como Nuevo Testamento, han
realizado una de las labores más nobles y extraordinarias al servicio de la humanidad que jamás se haya hecho.
Por razones que ahora podemos entender, en tan davídico trabajo fue descuidado su trasfondo hebraico que es
vital para una comprensión apropiada de los dichos de nuestro Maestro y sus Emisarios.
En el análisis de ese trasfondo, debemos recordar dos hechos centrales: primero, la realidad histórica, religiosa y
política de Israel en el tiempo cuando hizo su aparición nuestro Rabí; y segundo, los elementos posteriores que tienen
lugar a partir del servicio al Eterno realizado por Yeshua.
¿Cuáles fueron esos elementos? Específicamente, y como él mismo lo previera, la destrucción del Estado de
Israel, incluyendo la ciudad de Yerushaláyim y el Templo, y más adelante en el tiempo, como sus Emisarios
advirtieron, la triste e innecesaria separación de los creyentes de origen no judío de sus raíces hebreas.
En relación con lo primero, debemos destacar los hechos que ubicarán al lector del Nuevo Testamento Textual
Hebraico en el tiempo y espacio apropiados para comprender rectamente las palabras y dichos del Maestro.
Definir lo sucedido entre Malaquías y Mateo, como el proceso de transición entre ciertas promesas y su consumación,
nos introduce a un mundo que es necesario conocer bien para interpretar, apropiadamente, tanto a Yeshua como a
Ya'akov, como a Shaul y los demás escritores sagrados, hijos de aquellas circunstancias en las que vivieron y con las
que interactuaron. El profesor Dan Avraham *Vea, "Gálatas: Desafio del Tercer Milenio" y "Mateo, un comentario", editorial Raíces,
México, 2004 ha documentado nueve realidades que giran alrededor de este principio.
1 Helenismo griego
El mundo de la cuenca del Mediterráneo estableció el helenismo como la cultura para ser impuesta en todos los
países conquistados por los griegos, bajo el liderazgo de Alejandro El Grande (333 a.M), quien fundó 37 ciudades en
Israel.
El helenismo o la cultura griega era la religión de Grecia y de Alejandro. Su ideal, su sueño y su deseo fue
imponer a todo el mundo el idioma griego, su sistema educacional y su religión politeísta. Su meta era la adquisición
de "sofia", sabiduría filosófica, buena vida, diversión, pluralismo y globalización.
Si usted piensa que la idea de "globalización" y "one world" es un hecho moderno, podría estar equivocado; se
trata simplemente de la resurrección del helenismo, de su plan y sus propósitos.
Por medio de la filosofía, el deporte, la política, la música, religión, arquitectura, etc., Alejandro dio al mundo su
"sueño", su "ideal".
Dos cosas le harían posible alcanzar su meta, tanto con los griegos como con los bárbaros, -el resto del mundo-:
expandir las fronteras de su nación y elevarla a categoría de un imperio internacional, una Grecia mundial. Las
conquistas de Alejandro no tenían otra intención que tomar de la mano al mundo, convencerlo y obligarlo, si fuese el
caso, de la importancia de participar de este "sueño griego".
Por supuesto, el sueño judío era muy diferente. La meta del judaísmo no podía separarse de su responsabilidad
como pueblo del pacto, como depositario de la revelación. Estaba estrechamente vinculada con la importancia del
trabajo honesto, la educación religiosa de los hijos, el estudio diario de la Torah, el desarrollo de una vida privada,
familiar y social en santidad y en justicia. La caracterizaba, también, la expectación de la manifestación del Mashíaj
quien cumpliría todas las promesas dadas a los padres.
La muerte de Alejandro destruyó su sueño y dividió su imperio. En Israel se levantaron dos familias: la de Onías II
(240 a.M) y la de Tobías. La primera, representando a la nación, se opuso a los seleucidas Seleucidas: Junto con
los tolomeos, dinastía griega que surge a partir de la muerte de Alejandro el Griego y que ocupa
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toda la región greco-siria del otrora imperio griego, los greco-sirios discípulos de Alejandro, y lucharon
contra el helenismo con todas sus fuerzas.
La segunda, tristemente, optó a favor del helenismo como una alternativa de sobrevivencia política, dada la
superioridad militar de los helenistas. La confrontación no se hizo esperar, y en efecto, a partir del año 201 a.M, los
seleucidas tomaron control de Israel y esto creó una gigantesca lucha interina en la Tierra Santa.
A partir de este hecho, el judaísmo, lejos de ser monolítico comenzó a ser pluralista y a expandirse
intelectualmente. Algunos pensadores judíos favorecían el helenismo y pensaban que podía encontrarse un camino
medio entre éste y el judaísmo.
Otros, siendo la mayoría, considerando que la sobre vivencia de Israel dependería de su capacidad para
mantenerse fiel al Eterno, fiel a Moshé y a los profetas, rechazaban todo tipo de negociaciones con los helenistas.
Esto, finalmente, generó una gran batalla civil en Israel, conocida como Guerra de los Macabeos Macabeos:
Asociados con los hasmoneos. Nombre dado a la familia sacerdotal, encabezada por Judas Macabeo
ben Matatías, quienes fueron instrumentales en la expulsión de los greco-sirios de Israel en el siglo
segundo a.M. Algunos consideran que el sobrenombre es un acróstico en hebreo de la expresión:
Mikamoja vaElimAdonai, esto es: "Quién es como tú, oh Adonai, entre los dioses". También podría
significar: "martillo", una manera de indicar la forma como golpearon a las huestes greco-sirias.
Junto con los hasmoneos, formaron parte del liderazgo de Israel en aquel período. (162-166 a.M).
Como sabemos, los macabeos lograron echar a los greco-sirios; purificaron el Templo, dedicándolo de nuevo al
servicio sagrado. Este acto propició la introducción y santificación de la Fiesta de Jánuca o de la
Dedicación Algunas autoridades judías consideran que esta fiesta de 8 días, es en verdad una
proyección retardada de la fiesta de Sucot, también de 8 días, que no pudo ser santificada a su tiempo
debido a la guerra. En realidad Jánuca es de origen nacional, no bíblico, pero debido a las
implicaciones proféticas de la misma, se ha establecido como un festival sumamente importante para
la fe de Israel; y añadido al hecho de aquellas implicaciones proféticas relacionadas con la eliminación
violenta del continuo sacrificio, Jánuca cobra cada día más importancia escatológica, como algunos la
conocen, y en la cual nuestro Maestro participó de lleno, cada año, como judío (Yojanán-Juan- 10:22-23).
En el año 152, la familia Hasmoneas Hasmonea: familia de la realeza judía que ocupó un lugar central
en la dirección política y cultural de Israel en los días posteriores a la guerra contra los greco-sirios,
que concluyó con una gran victoria israelita. El período hasmoneo indica el tiempo cuando esta
familia se constituyó en algo así como una dinastía en Israel, y que va desde e1163-47 a.M. tomó el
control de Yerushaláyim y aunque el trono de David nunca fue restaurado, una gran expectación mesiánica tuvo
lugar, ya que estaba por concluir el cuarto milenio y comenzaría el quinto, el cual se creía, daría inicio a la Edad
Mesiánica.
Debemos recordar, no obstante, que aunque los greco-sirios fueron retirados de Israel, no sucedió así con su
pensamiento. Hubo muchos judíos helenistas aquí y allá, y fueron conocidos como los «griegos», que no deben ser
confundidos con el gentilicio de Grecia, sino como judíos asimilados en la cultura helenista, es decir, con un estilo de
vida más griego que judío.
2 Helenismo romano
Cuando hablamos de "helenismo romano", queremos indicar cómo Roma, aún esclavizando a los griegos, fue
asimilada culturalmente por Grecia. Roma añadió al helenismo un elemento político importante que no debemos
ignorar a la hora de estudiar el judaísmo del segundo Templo.
La presencia militar romana er. Israel acabó con la hegemonía de la familia Hasmonea, aproximadamente en el
año 53 a.M. Unos trece años más tarde, el propio Imperio Romano libró su lucha más sangrienta entre el Este y el
Oeste. Julio César fue asesinado en el año 44, por un grupo de conspiradores dirigidos por Bruto y Casio.
A su muerte le sucede, por herencia de testamento, Octavio, un hijo adoptivo, aunque de la familia de su madre.
Octavio vino a ser conocido luego como Augusto César; tenía diecinueve años cuando llegó al poder.
Fue este emperador quien se proclamó "Hijo de Dios" (Divi Filius) e hizo colocar su imagen y su inscripción como
encarnación de la divinidad, en una de las monedas imperiales de sus días. Augusto tomó la hegemonía del imperio
en la famosa batalla de Accio, en el año 31 a.M. a.M.:Antes del Mashiaj al vencer a los ejércitos de Marco
Antonio. Éste último, juntamente con Cleopatra, huye hacia Alejandría, donde ambos cometen suicidio, dejando así
el camino abierto para el dominio absoluto de Augusto en la política imperial.
Este hecho creó una serie de expectativas políticas y religiosas en el imperio, que afectarían muchísimo la vida de
nuestro Maestro, quien tuvo que enfrentar la per versión del concepto "Hijo de Dios", introducido por los romanos en
sus provincias juntamente con el culto al emperador, y su misión como el Mashiaj Sufriente.
Entre los años 6 a.M. y 6 d.M ' d.M.: Después el Mashiaj , tuvo lugar el nacimiento de Yeshua, precedido por
una gran revuelta judía contra Herodes y su hijo Arquealo, a quien Roma destituyó eventualmente decidiendo no
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conceder más, a ninguno, el título de "Rey de Judea". Tal decisión abrió el camino para la introducción de la figura
del "procurador romano" que vino a ser como los ojos del emperador y su brazo extendido en la tierra de Israel.
En el seno de este período histórico, preñado de cambios políticos importantes en el imperio que afectaron la
vida nacional judía, nació Yeshúa, el que sería declarado por el Eterno, como nos ha sido dicho', "Adón y Mashiaj".
El día de su nacimiento coincidió milagrosamente con la Fiesta de Sucot, cuando se construían pequeñas
cabañas de materiales provenientes de la tierra y que tiene lugar en el séptimo mes del anuario bíblico,
aproximadamente el noveno o décimo mes (Septiembre-Octubre) del calendario romano actual.
Yeshúa, por tanto, nació en una suca y fue censado como descendiente de la Casa de David; circuncidado a los
ocho días en Bet Léjem y presentado en el Templo de Yerushaláyim veintidós días más tarde, según la ley judía
para todo primogénito que abre matriz?.
3 La autoridad en Israel
Como es evidente de la situación política de aquellos días, Israel fue un país ocupado por fuerzas extranjeras que
intentaron imponer los principios greco-romanos en la vida nacional. Este hecho debe ser mantenido en mente todo
el tiempo que leamos el documento conocido como Nuevo Testamento y que llamamos, técnicamente, El Código
Real. Debemos recordar también que en aquella época, el judaísmo era pluralista y existían muchos grupos,
escuelas y sectas; todas convencidas de que su causa era la correcta, aunque los dos grupos más importantes y
conocidos históricamente eran los saduceos'° y los fariseos".
Los primeros, dominaban la vida religiosa en Yerushaláyim, específicamente en el Templo; considerando que
eran ellos los que tenían la "autoridad" de Moisés para legislar y dirigir la vida nacional.
Los fariseos respondían alegando que aun cuando Moshé concedió a los sacerdotes y levitas una gran
autoridad, la realidad es que cuando fue a nombrarse a un
e Guevurot (Hechos) 2:36 `Vea 1 Hilel
(Marcos) 2:22
"10 Saduceos: Secta judía del Primer Siglo que conformaba la clase aristócrata e Israel, casi
siempre asociados con la familia sacerdotal. Rechazaban el reclamo fariseo de que existía una
tradición oral venida desde Moshé y afirmaban que solamente lo que estaba escrito en el Jumash
(Pentateuco) tiene valor legislativo para Israel.
“Fariseos: Secta judía del Primer Siglo que existió hasta el siglo IV de la era actual. Existían
muchos tipos de fariseos llegando a identificar siete grupos. Se destacaban por su piedad y su
apego a la Torah escrita y la tradición, la cual, afirmaban, había sido revelada a Moisés,
juntamente con la Torah escrita. Su excesivo celo les llevó a extremismos y legalismos que hizo
mucho daño al movimiento.
sucesor, no se escogió a ningún levita, ni a alguno de la familia de Aarón, sino a uno de la tribu de Efraím, de la
Casa de José, Yahoshua (Josué).
Argumentaban, además, que aunque al regreso del exilio, Ezra (Esdras) -que era levita- instituyó a los demás
levitas como intérpretes de la Torah; también otros que no eran levitas fueron educados y colocados como jueces.
Por tanto -decían los fariseos-, nosotros podemos trazar una línea de autoridad que corre paralela con los
sacerdotes y levitas (la mayoría de los saduceos) y que nos lleva también directamente a Moisés.
Esa línea de autoridad fue documentada luego como sigue: "Moshé-Josué-los Ancianos-los Profetas-la Gran
Asamblea" (Bet Kenset establecido por Esdras, algo así como el Congreso de una nación moderna).
Debido a esta línea, sólo los sabios y jueces (rabinos) que tuvieran la "autoridad" (ordenación) de ellos, estarían
capacitados y autorizados para enseñar la Torah, y dictar las leyes apropiadas en Israel.
¿Cómo pasó la autoridad de los hombres de la Gran Asamblea a los rabinos? Por medio de dos autoridades
rabínicas, conocidas como los zugot, "pares" o "parejas de jueces" que conocían toda la tradición y que sólo por
medio de ellas, según se afirmaba, se adquiría el conocimiento apropiado de cómo aplicar la Torah de Moisés a las
condiciones de vida cambiante del pueblo.
Los saduceos no aceptaban esa línea de pensamiento y se aferraban exclusivamente a la Torah de Moshé, que
expresa que los sacerdotes y levitas son los que tienen la autoridad.
Desde entonces hubo gran tensión entre ambos grupos y esto dio lugar a la búsqueda del respaldo de Roma para
implementar dicha autoridad.
Así, los escribas`, procedentes de los saduceos, se aliaron con Roma para que ésta les respaldara con el poder
policial necesario para hacer válidas, de forma legal, las decisiones del tribunal supremo, que ellos controlaban y que
estaba compuesto por 71 miembros. Si bien es cierto que no todos los de la familia sacerdotal tenían los asientos de
aquel congreso, sobre todo, por la influencia y poder popular de los fariseos, la realidad es que contaban con la
mayoría.
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Había un Tribunal Mayor (Sanedrín) con 71 miembros; un Tribunal Medio (Concilio) con 36 miembros; y
tribunales menores, compuestos por 3 miembros. También existían autoridades sobresalientes que no estaban
inscritas en ningún tribunal y que eran consultadas en caso de necesidad por ambas cámaras. Yeshúa fue uno de ellos,
por ejemplo, cuando fue consultado en asuntos legales".
Como podemos apreciar, en los días de Yeshúa y de los emisarios (apóstoles), existía una gran tensión en
términos de quién tenía y quién no tenía autoridad para
'z Escribas: Secretarios de las Cortes de Justicia y copistas de la Torah y otros libros religiosos
relacionados. Ejercían también la función de maestros.
"Aunque Yeshúa mismo se negó a participar de este tipo de decisiones legales, debido a su misión
como Mashiaj Sufriente, no como Mashiaj ben David. Por ejemplo, cuando fue consultado sobre
el asunto de la participación de una "hacienda", claramente expresó que su misión no tenía nada
que ver con eso. 1 Hilel (Lucas) 12:14,15
enseñar, hacer, dictar sentencia, etc. En cuanto a los fariseos, y según la Mishnáh'4, afirmaban que ellos tenían toda la
tradición de la ley judía por medio de los Zugot (parejas de jueces) que eran identificados como: Yossi y Yos (tiempo
de Antíoco Epífáncs); Yehoshua y Nata¡ de Galil; Yehuda y Simeon ben Shataj; Avtalyon y Shemaiah; 11 ilel y
Menahen. Pero la Mishnáh dice: "Menahen se fue y entró Shamai".
Esto significa que en los días de Yeshua y de sus emisarios, y hasta la destrucción del Templo de Yerushaláyim
(70 d.M.), las dos autoridades principales entre los fariseos venían dadas por el Tribunal de Hile] y por el tribunal de
Shamai; además de la exislencia de los saduceos y el Sanedrín Superior, que dictaban sentencia en los atrios del
I'cmplo.
4 Corrupción política
Debido a la presencia romana, la corrupción política en el país no se hizo esperar. Roma impuso sacerdotes que no
eran de la familia sacerdotal. Esto no significa que todos los cohanim (sacerdotes) fueran corruptos, pero significa
que el sistema sacerdotal, bajo dominio romano, se había corrompido. Aquellos sacerdotes impuestos por Roma o que
adquirieron el puesto con sumas de dinero o ardides políticas, no conocían las leyes del Templo, ni sabían cómo
oficiar ni tenían la motivación apropiada para estar en tan sagrada posición.
Para evitar mayores escándalos, tenían que recurrir constantemente a los sabios (rabinos) para recibir instrucción.
En días tan sagrados como Yom Kipur (Día de Expiación nacional), muchas veces había que asignarles varios
maestros de la Torah para que les enseñasen paso a paso cómo establecer la liturgia apropiada.
Dicha situación colocó a los rabinos en una posición de autoridad superior a la de los cohanim (sacerdotes), y el
pueblo los admiraba grandemente por su sabiduría. En todo caso, la presencia romana y el control romano del
Templo era una espina clavada en el costado de los justos y piadosos de Israel, y se hacía más latente entre los
fáriseos.
Shamai, juez principal y sabio de la Torah, desarrolló una estrategia de doble agenda en su trato con los romanos.
Por un lado, aceptó la presencia de una guardia para que hiciera prevalecer los dictados de la Corte; y por el otro,
enseñó a odiarlos secretamente.
No así Hilel, que siendo juez y maestro de Israel en aquellos días, prefirió tener la autoridad de la santidad y la
justicia de la Torah, sin acudir a la guardia romana para hacer valer sus decisiones legales.
Por tanto, fue casi palpable la gran tensión que existía entre Shamai y Hilel. Por otro lado, Hilel amaba a los
gentiles y consideraba que mientras más se les enseñara la hmu h , amarían más a Israel y menos anti semitismo
existiría en el mundo.
''Mishnàh: Literalmente significa "repetición". Es el conjunto de tradiciones orales que se
escribieron hacia fines del xyundo Siglo de nuestra era por Yehuda HaNassi, a fin de
preservar a las futuras generaciones, la riqueza de la I rv judía que hasta la fecha no había
sido escrita. Por tratarse de una "repetición" de esas leyes, es conocida como Mishnàh.
Shamai, aunque aceptaba el principio de la guardia romana en su tribunal, en verdad rechazaba a los gentiles y
constantemente se oponía a enseñarles la Torah y las leyes y costumbres judías.
Aunque los fariseos mismos eran muy pluralistas -había siete sectas diferentes dentro de ellos-, el balance de
poder y autoridad del partido venía dado por el Tribunal dirigido por Shamai y el Tribunal dirigido por Hilel. Ambos
tenían su Yeshivá, preparaban sus discípulos y dominaban la vida nacional de Israel en los días previos al nacimiento
de Yeshua.
Cuando nuestro Maestro tenía 12 años de edad y quedó en el Templo estudiando y compartiendo la Torah con los
sabios de Israel, posiblemente Shamai y Hilel estuvieron entre los doctores que se admiraban de Sus respuestas.
Debido a la influencia política venida de los saduceos y del respaldo de la guardia romana, Shamai logró sentarse en
la "silla de Moshé" y se inició un proceso de grandes disputas entre las dos casas, la de Shamai por un lado, y la de
Hilel, por el otro.
5 MEDIDAS LEGALES
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Todo comenzó con la introducción, por parte de Shamai, de 18 Medidas Extraordinarias (Talmud`, Shabat 13b-
17a) a fin de hacer más difícil para un no judío convertirse al judaísmo. Hilel se opuso a tales medidas, pues con ellas
sería del todo imposible para un gentil, amar a los judíos y procurar convertirse al judaísmo.
Por supuesto, esas no fueron las únicas controversias entre los dos jueces de Israel en aquellos días. En realidad,
diferían, prácticamente, en todo. Por ejemplo, Shamai decretó que los holocaustos no deberían presentarse en el
primer día de los tres grandes festivales, sino más tarde", mientras que Hilel decretó que debían ser presentados el
primer día.
Shamai permitió que una mujer que quedara viuda sin hijos", pero que era coesposa, es decir que el difunto tenía
más de una esposa, podía casarse con su cuñado por medio del recurso de yibum" Hilel, por su parte, lo prohibió.
Los debates se llevaron a cabo en la casa del famoso Hananíah, el Zelote, quien favoreció una rebelión armada
contra Roma y odiaba, sobremanera, todo lo que fuera de origen gentil. Este Hananíah fue luego muerto eñ una
revuelta contra Roma.
Las tensiones entre Shamai y Hilel fueron tan fuertes, que por medio de la conexión zelota, se ordenó la muerte de
una gran cantidad de discípulos de Hilel. Si Shamai fue o no el responsable directo, aún se investiga; pero todo parece
indicar la existencia de una fuerte conspiración zelote, amigos de la Casa de Shamai, en el trasfondo de aquellos
asesinatos.
'15 Talmud: Enseñanza. El análisis y estudio de la Mishnáh (vea) produjo una enorme
cantidad de literatura conocida como la Gemara. Cuando la Mishnáh y la Gemara se
unieron, se formó el Talmud. Hay dos: uno más corto llamado Talmud de Yerushaláyim,
porque se escribió en Tiberas, Israel, por rabinos procedentes de Yerushaláyím; y otro más
largo, conocido como Talmud babilónico, porque se escribió en Babilonia, por rabinos del
exilio. El último es el más popular y conocido.
'6 Betsah 19a-20b.
“Vea Devarim (Deuteronomio) 25:3-10
Yevamot 14b.
En todo caso, la situación creó una verdadera tormenta en Israel, al extremo de que muchos discípulos de Hilel
se unieron con Menahem (el "Maestro de Justicia" del que se nos habla en los Rollos del Mar Muerto), y se
volvieron a los esenios, estableciendo en la zona conocida como Qum Ram, cercana a Yerushaláyim, su centro de
actividades comunitarias.
6) TRESCIENTAS CINCUENTA CONTROVERSIAS
En total, hubo más de trescientas controversias legales entre la Casa de Shamai y la de Hilel. De hecho, no han
faltado los que han creído que debido a ellas hubo, en realidad, dos Torah Orales, o Sistemas Legales de Justicia en
Israel.
Una de ellas, la cual ya vimos, tenía que ver con la presentación de la ofrenda de holocausto el primer día de un
festival. El Talmud de Yerushaláyim'9 nos dice que el atrio del Templo estaba vacío en esos días porque la gente
debía sujetarse a la decisión de Shamai. Uno de los rabinos, miembro de la Casa de Shamai, pero que prefería la
mayoría de las veces la Jalajah de Hilel, al ver el atrio del Templo vacío el primer día de los tres festivales, dijo de la
Casa de Shamai-°: "Pueda su casa venir a desolación porque ha desolado la Casa de HaShem".
Fue Shamai quien prohibió a los judíos entrar a la casa de un gentil, y lo hizo ley en Israel, estableciendo como
razón, que tal acción sería vista como una abominación. Fue él quien levantó una pared intermedia de separación tan
grande entre judíos y gentiles, que hizo prácticamente imposible para estos últimos, considerar con seriedad el
judaísmo como una opción válida.
Pasado el tiempo, sucedió que Eliézer vino a ser sancionado por establecer que lo normativo en una generación,
no debería darse por la opinión de la mayoría de los sabios que viviesen en ella, sino por la grandeza de la tradición
recibida de las generaciones previas=-, aun cuando fuese minoría.
Siendo discípulo de Shamai, sus palabras significaban que los jueces actuales deberían guiarse por su veredicto,
no por Hilel. Por esta razón, fue arrestado y destituido de su cargo de juez.
¿Cuál era la posición de Rav Eliézer con respecto a los gentiles? La misma que la de su maestro Shamai: "No hay
salvación posible para los gentiles, excepto que se hicieran judíos".
Así pues, en la opinión de Shamai, seguida luego por Eliézer, la única forma de salvación posible para un gentil
era que se circuncidara y guardara la totalidad de la Torah, como un judío. Ahora bien, decía Shamai, debido al
trasfondo pagano de los gentiles, había que exponerlos a una recia disciplina para que abandonaran realmente su
paganismo.
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Esto fue lo que causó la creación y establecimiento de las famosas 18 medidas en forma de mandamientos,
expresadas en ordenanzas rabínicas, que desde su posición de Juez de Israel, pudo establecer como gezerot y takanot
(estatutos legales) normativos para la comunidad judía.
Esas medidas fueron tan pesadas y exigentes, que casi imposibilitaban a un gentil pasar la prueba y hacerse judío.
Por otro lado, Shamai decretó que si un gentil guardaba las siete Leyes Noédicasz3, aún así no tendría ninguna
oportunidad de compartir con los judíos el mundo por venir.
7 INFLUENCIA DE SHAMAI
Una de las narraciones más interesantes de la Mishnáh tiene que ver con el Rabí Eliécer ben Hyrcanus, al final del
primer siglo. Ésta, prueba la influencia de Shamai más allá de la destrucción del Templo por los romanos. Eliézer fue
arrestado y condenado por un tribunal; entre otras cosas, por su cercanía y familiaridad con el sistema judicial
establecido por Shamai. Rabí Eliézer fue un gran erudito. Muchos de sus colegas le llamaban: "Eliézer, el Grande",
por su sabiduría. Fue el discípulo más aventajado de Yojanán ben Zakai, a cuyo liderazgo se sometió cuando aquél
estableció la Yeshivá en Yavneh, luego de la destrucción de Yerushaláyim y del Templo, en el año 70 d.M.
A la muerte de ben Zakai, Eliézer fue visto como una de las figuras más importantes en el judaísmo. Tan grande fue
su influencia, que se dijo de él, que si todos los sabios de Israel, de aquella generación, se pusieran en un plato, de un
lado de la balanza, y Rabí Eliézer en el otro, la balanza se inclinaría a su favorz'
8 OPOSICIÓN DE HILEL
No obstante, la Casa de Hilel tuvo otra posición que puede resumirse en esta sentencia: "Los gentiles no tienen por
qué hacerse judíos para tener su parte en el mundo futuro; pero si se convierten de corazón y abandonan la idolatría, y
guardan los siete principios dados a Noaj, el Eterno tendrá también misericordia de ellos como tiene misericordia del
pueblo judío".
Según Hilel, la Ley de Noaj (Noé) causaría que los gentiles, finalmente, pudieran tener un lugar compartido con
los judíos en el mundo por venir. Como es evidente, Hilel tenía otro espíritu y otra actitud hacia los gentiles, 7y fue de
su tribunal que vino luego el concepto de los gentiles justos o Goyim Tzadiquim que más tarde es introducido como
parte normativa del judaísmo y que fue expuesta mediante la pluma de Maimónides-a
ZZ Bava Mezia 59b
23 Leyes Noédicas: En sentido general, las Siete Leyes o principios de Conducta que deben
seguir los no judíos para tener una sociedad justa. En sentido general, los principios éticos y
jurídicos que son vistos en las Escrituras para los padres de la humanidad hasta Avraham. Seis
son de carácter negativo (no harás) y uno positivo (harás). Este último establece la
responsabilidad de constituir cortes de justicia que protejan al ciudadano común y establezcan el
orden y la paz social, teniendo en cuenta los seis principios previos.
z' Maimónides: Judío de origen español, nacido en Córdoba, España, en el siglo XII y que ejerció
una gran influencia en la diseminación del conocimiento de la Torah por sus grandes trabajos de
sistematización de las Escrituras en su gran obra Mishne Torah, que es un clásico en la literatura
judía. Es conocido popularmente como Rambam (Rabi Moshe ben Maimon). Malajim 8: 11.
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9 MOSHÉ Y LOS GENTILES
El Talmud habla de los Siete Mandamientos o Leyes Noédicas. En los días de Yeshua y de Pablo, estas siete leyes se
consideraban como la Ley de los gentiles. Por ejemplo, en el Talmud leemos=s:
"Nuestros rabinos enseñaron: Siete mandamientos fueron dados a los descendientes de Noaj (válidos
para toda la humanidad): deber de establecer cortes de justicia, prohibición contra la blasfemia,
idolatría, adulterio, asesinato, robo y de comer la carne de un animal que todavía vive".
Rav Jananiaj ben Gamaliel dijo: "También se les ha prohibido beber la sangre de un animal". Rav
Jidka dijo: "También les ha sido prohibido castrarse". Rav Shimón añadió: "y hechicería". Rav Yosé
dijo: "Todo lo que está mencionado con relación a la hechicería es también prohibido a los
descendientes de Noaj, es decir: "No habrá en ti quien pase a su hija o a su hijo por el fuego, ni quien
practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni quien consulte a
espiritistas y a los oráculos de los gentiles, ni a los muertos. Porque cualquiera que esté envuelto en
estas prácticas, es repulsivo al Eterno y por estas cosas repulsivas es que el Eterno arroja a estas
naciones delante de ti" (Deut. 18:10-12); pues el Eterno no habría castigado a esas naciones de no
haber hecho todas esas cosas. ¿De qué versos se derivan los siete mandamientos? Rav Yojanan dijo:
"Del verso que dice... porque en la Torah, la palabra "dice" o "diciendo", implica la transmisión de un
mandamiento de una generación a la próxima. Esto es posible solamente si los hijos encuentran
padres y madres que..."
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La importancia de esto es que según las fuentes rabínicas con que contamos hoy día, sabemos que Moshé
estableció un decreto para los judíos relacionado con los gentilesz1: "Cada judío era responsable de enseñar a los
gentiles las Siete Leyes Noédicas"
Sin embargo, la Casa de Shamai pensó que ni siquiera con las Leyes Noédicas, los gentiles tendrían alguna
esperanza. Como vimos, Hilel enseñó lo contrario. Esto explica algunos pasajes de los Mazoret, cuando Yeshua acusa
a los fariseos de: "Recorrer tierra y mar para hacer un prosélito y luego que por fin lo encuentran, lo hacen más hijo
del infierno que ellos mismos". Evidentemente, Yeshua no está hablando de la casa de Hilel, sino de la Casa de
Shamai, que estaba sentada en la "silla de Moshé" durante aquel tiempo.
Así pues, mientras Shamai era enemigo de aceptar conversiones, Hilel apoyaba, juntamente con las Siete Leyes
Noédicas, la Ley para los gentiles. Recordemos que Pablo estudió a los pies de Gamaliel, descendiente de Hilel. A1
hablar Pablo de la "Ley", en relación con los gentiles, es importante recordar lo que el término significaba en los días
cuando el Templo estaba aún en pie.
Por otro lado, Yeshua introdujo un tipo de conversión que nunca antes fue conocida en Israel. Debido a la calidad
de dicha conversión, que recibía los beneficios de los méritos del Mashiaj, el Maestro, en Su posición de Juez de
Israeh ; y a quien el Padre le había dado "toda autoridad en el cielo y en la tierra", determinó que cuando un gentil se
convierte al Eterno, por Su Nombre, es sacado del olivo silvestre e injertado contra naturaleza en el olivo natural.
Esta enseñanza superaba los decretos, tanto de Shamai como de Hilel. De Shamai, porque hacía más sencillo y
fácil para un gentil hacer su conversión, quitando del camino las piedras innecesarias. De Hile], porque hacía de los
conversos, miembros de la familia de los santos, no simplemente "amigos de Israel" bajo la figura de "Benei Noaj"
(Hijos de Noé).
De hecho, Pablo afirmaría luego que esta bendición, dada a los gentiles, es un "misterio que en otras generaciones
no se ha dado a conocer a los hijos de los hombres como ahora es revelado..." (Ef. 3:1-6); y en su carta a los gálatas,
Pablo dice: "Así que si sois de Mashiaj, ciertamente linaje de Avraham sois y herederos según la promesa". Como
vemos, debido al factor "Mashiaj", los gentiles que hacen la conversión no son vistos como linaje de Noaj, sino
descendencia de Avraham, y por extensión, "copartícipes de la promesa" (6:29).
Por lo tanto, las palabras de Yeshua y de Pablo, que parecieran atentar contra el judaísmo o contra la Ley, no
fueron dirigidas contra el judaísmo de los profetas, sino contra Shamai y sus decretos; y en el caso de Pablo, no
contra Moisés sino contra la Ley de Noaj, como insuficiente para la salvación de los gentiles.
Ignorar el judaísmo de los días de Yeshua, ha hecho a muchos errar en cuanto al verdadero significado de sus
palabras; de ahí, la enorme importancia de conocer bien el judaísmo de aquellos días para estar en condiciones de
interpretar en forma apropiada sus escritos. Este es el primer factor a considerar.
En relación con lo segundo, debemos recordar que hoy día, los historiadores conocen bien que luego de la
destrucción de Yerushaláyim y del Templo, en el año 70 del Primer Siglo, los conversos provenientes de las ciudades
y naciones gentiles del Imperio romano iniciaron un proceso de alejamiento de sus raíces judías, que para comienzos
del Segundo Siglo y principios del tercero, se había divorciado ya de su savia hebrea y se transformó en un
movimiento completamente separado de Israel y, muchas veces, de las propias enseñanzas del Mashiaj y de los
discípulos originales del Maestro.
Z` Sanedrín 56°.
Zfi Sanedrín 57", Maimónides, Leyes de los Reyes, (Melakjim) 8.
Z'Una vez resucitado, Yeshua concluye su misión como Siervo Sufriente, y ahora es elevado a
la posición de Rey Invicto, Mashiaj ben David, y como tal sí ejercerá su posición de Juez de
Israel.
No debemos olvidar que los primeros quince líderes de la llamada Iglesia Priminva, (ucron todosjudíos. Eusebio,
un historiador cristiano del cuarto siglo, ha dejado para nosotros este testimonio28":
"La Iglesia en Yerushaláyim, al principio fue formada por los de la circuncisión, luego vinieron los
gentiles cristianos... pero al comienzo, consistió de fieles judíos que continuaron desde los días de los
apóstoles hasta la destrucción de Yerushaláyim".
Por su parte, en un documento histórico del segundo siglo, se nos confirma lo que es evidente en Guevurot
(Hechos), que Ya"akov, el hennano de Su Majestad, vino a ser el Nasí o presidente del movimiento de Yeshua, pero
luego de la muerte de Ya"akov, Hegesipo, el historiador mencionado por Eusebio2v, nos informa que los apóstoles
seleccionaron al Emisario Simeón, pariente de Yeshua, como Nasí o Príncipe o Líder principal del movimiento.
La lista luego es completada por Epifanio, quien menciona los siguientes 13 líderes judíos que se mantuvieron al
frente de la comunidad en Yerushaláyim hasta la Segunda Guerra de los Judíos (132-135 d.M). En esa lista aparecen
las siguientes Eminencias, todas de la circuncisión:
11
Tzadik, Zakeo, Toblas, Ben yamim, Yojanán, Matías, Felipe, Séneca, TZadik, Efraim, Yosef y Yehudah.
Esto significa que siempre hubo una presencia judía en lo que fue conocido entre los cristianos como Iglesia
Primitiva, al menos hasta el año 135, es decir, la primera parte del segundo siglo.
Cuando en 130, el rabino Akiva, nombró a Bar Koshiva como el "Mashiaj de Israel", los líderes del movimiento
de Yeshua, viendo el terrible daño que se hacía a la causa judía con tal nombramiento, se separaron de aquel ejército
y se refugiaron en las montañas de Pella, como había ocurrido en el primer siglo durante la innecesaria guerra contra
Roma levantada ilegalmente por los líderes de los fariseos zelotes.
La derrota de los ejércitos de Bar Koshiva no se hizo esperar y el final de Akiva y sus discípulos así como del
propio Koshiva fue una de las más innecesarias y humillantes derrotas jamás sufrida por nuestro pueblo.
Yerushaláyim fue retomada por los romanos y cambiada de nombre, así como la tierra de Israel a la cual ahora los
romanos dieron el nombre de Palestina, en honor a los dioses filisteos.
A partir de aquí, todo lo que oliera o tuviera algún sabor judío era visto como potencialmente dañino para Roma y
fue en este contexto que los creyentes de origen gentil, iniciaron formalmente su desconexión histórica con los fieles
de la circuncisión.
z" Eusebio, Historia Eclesiástica. Libio V. 2y Ob. Ca.
Los judíos no podían entrar en Israel ni mucho menos visitar Yerushaláyim, pero a los cristianos, en un principio,
les fue permitido. Esto creó una situación muy favorable para su subsistencia, probando al emperador que ellos no
tenían nada que ver con los judíos ni con Israel.
Para esa época, el obispo cristiano de Roma nombró a un creyente no judío su representante en Yerushaláyim, y
desde entonces, la separación de los cristianos de sus raíces judías fue un hecho establecido y confirmado luego en
Nicea para el año 323.
Mientras tanto, los judíos seguidores de Yeshua tuvieron que enfrentar, juntamente con los demás judíos, el
penoso exilio y la sobrevivencia; en el anonimato fuera de Israel y disperso entre las naciones, como el resto de sus
hermanos; mientras que al cabo del tiempo los cristianos, asegurándole al imperio que ellos no tenían nada que ver
con los judíos ni con el judaísmo, poco a poco ganaron la simpatía de Roma y finalmente lograron cristianizar incluso
al Imperio mismo.
Para entonces, el cristianismo surgió como la religión oficial del Imperio, completamente divorciado de sus raíces
judías, y teniendo ahora, bajo su control, todas las sinagogas, rollos y documentos judíos que existían, incluyendo los
manuscritos hebreos y griegos de lo que más tarde fue llamado Nuevo Testamento.
Con tanto poder disponible, los líderes cristianos del Santo Imperio se aseguraron que los escritos apostólicos que
tenían en sus manos respondieran a sus intereses doctrinales mas que a la realidad textual de donde provenían. Y en
vez de preguntarse qué dice realmente el texto original, se preguntaban cómo podemos hacer que esto afirme nuestra
posición. El resultado fue la corrupción textual del Nuevo Testamento.
Esto es lo que explica en parte, las más de 200,000 (doscientas mil) variantes textuales que han sido encontradas
en una lista de alrededor de 5 mil manuscritos griegos del Nuevo Testamento, la mayoría de los cuales fueron
alterados y corrompidos tendenciosamente.
No estamos hablando aquí simplemente de un error del escriba mientras se hacían copias de un texto para algunas
comunidades o personalidades imperiales, sino de abusos premeditados, eliminando e introduciendo palabras en
textos claves, a fin de favorecer la doctrina de la Iglesia que ahora, unida al poder del Imperio, tenía total y absoluto
poder en sus manos para hacer y decidir lo que quisiera.
Esto es evidente donde quiera que se intentaron explicar conceptos difíciles del griego por ser traducciones del
hebreo, y que tonstituyen, por así decirlo, el fundamento de lo que debe ser la fe y teología cristianas.
Cuando recordamos que los manuscritos griegos más confiables provienen de una edad tardía, como lo es el siglo
IV, -especialmente el llamado Códice Vaticano (B) y el Sinaítico (Alef)- el tiempo que estos se mantuvieron bajo
control estricto de la Iglesia fue suficiente para intentar, aquí y allá, construir manuscritos y códices; entre los cuales,
finalmente, surgió un tipo de texto conocido como el Bizantino que vino a ser el oficial de la Iglesia, y por la vía de
Erasmo, del protestantismo, bajo el nombre del Textus Receptus que ha servido de base, prácticamente, para todas las
traducciones del Nuevo Testamento.
Este texto, surgido más por decisiones económicas y de intereses políticos que del honor de la verdad misma'°,
está plagado de errores por todos lados, los cuales han pasado a todas las versiones castellanas que se han basado en
dicho manuscrito. El resultado ha sido que los cristianos, en vez de tener la riqueza del Nuevo Testamento, lo que han
recibido es una ensalada de versiones, sustracciones y adiciones textuales que en muchos casos se distanció
considerablemente de los escritos originales de los apóstoles.
12
Así las cosas, ahora la Iglesia con dominio absoluto de la situación, produjo una nueva generación de cristianos,
nacida, como es evidente, en un mundo completamente diferente al judío y desconectado de aquellas raíces hebraicas
de su fe, que se privó así la riqueza de la herencia de los kadoshim" por la cual el apóstol Pablo oraba incesantemente,
como está escrito3'-:
"Para que el Elohim de nuestro Adón, Yeshua HaMashiaj, el Padre de gloria, os dé espíritu de
sabiduría y de revelación en el conocimiento absoluto de él, poniendo Su luz en los ojos de vuestro
corazón para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado y cuáles las riquezas de la gloria
de su herencia en los kadoshim..."
La mayoría de los debates teológicos en los cuales vemos a los llamados Padres de la Iglesia fueron el resultado
del estudio e interpretación de las Escrituras, especialmente de los escritos apostólicos, desconociendo el trasfondo
hebraico de dichos documentos.
Hoy día, cada vez más y más eruditos bíblicos, reconociendo que Yeshua fue un judío, que vivió como judío y
murió como judío entre judíos del primer siglo, así como el resto de sus discípulos originarios, se abren cada vez más
a un entendimiento hebraico de la fe cristiana que tiene sus raíces en el judaísmo del Segundo Templo.
Por otro lado, las enseñanzas de Yeshua, su metodología, sus proverbios, sus midrashim, sus estilos de
interpretación y análisis de las Escrituras son todos, sin excepción, judíos en su naturaleza, e ignorar este hecho y
pretender interpretar sus palabras desconociendo su trasfondo hebreo, es un grave daño a la fe.
Tanto las Escrituras como las Cartas Apostólicas y los escritos sobre nuestro Maestro que vinieron después,
tienen un entorno judío y un sabor judío y un estilo
‘Con la recién inventada imprenta, un inversionista cristiano, J. Froben, deseaba por todos los
medios tener un documento que fuera accesible a todos, incluyendo a los católicos, y pidió a
Erasmo de Rótterdam la publicación de dicho texto en griego y la traducción correspondiente.
Erasmo mismo tuvo que corregir los manuscritos que tenía a su disposición y, en algunos casos,
inventar su propia versión griega para luego traducirla, como fue el caso de una gran parte de
Revelaciones, que posiblemente lo vertió al griego por sí mismo o partir del latín. Tristemente la
rapidez de tal edición demuestra sus intereses económicos y políticos más que amor por el honor de
la verdad misma.
“Los apartados del mundo y servidores del Eterno" (comúnmente, los "santos").
`Z Efesios l: 17.18, énfasis añadido. "Kadushim—, los santificado,, es decir, cl pueblo judío. Vea
Shemot (Éxodo 19:6).
judío que debe ser tenido en cuenta a la hora de cualquier traducción o interpretación de dichos documentos, que de
ignorarlos, nos expone a un entendimiento equivocado tanto de Yeshua mismo, como de su mensaje y, por extensión,
del mensaje proclamado por sus emisarios.
Por otro lado, la inmensa mayoría de cristianos han sido educados en la idea generalizada de que el Nuevo
Testamento fue comunicado originalmente en griego y que los manuscritos originales están en griego y, por tanto, el
estudio del griego ha tomado y continúa tomando preferencia sobre el hebreo.
Hoy día, eruditos cristianos están cada vez más y más alejándose de esa posición y abriéndose al hecho de que lo
contrario podría ser el caso. Por muchos años la mayoría de la gente creyó que la tierra era plana, hasta que
finalmente alguien demostró que tal generalizada creencia no tenía fundamentos sólidos. A1 principio, los pocos que
sostuvieron que la idea de la mayoría era incorrecta, fueron vistos como locos e ignorantes.
Pero al paso del tiempo, el mundo entero les dio la razón y ahora, hasta los niños saben que la tierra es redonda y
que no es el centro del universo y quien se atreva a sostener las ideas de la mayoría de aquellos tiempos, es visto
simplemente como ignorante.
Algo similar ha ocurrido en el campo del estudio del Nuevo Testamento. En mis conversaciones personales con
eruditos como David Bivin, por ejemplo, él continua sosteniendo que luego de varias décadas de investigación del
tema en Israel, no podemos escapamos al hecho que el 78% de toda la Escritura fue escrita en hebreo y que solamente
tenemos 22% de ella en manuscritos griegos que no fueron los escritos originales, sino copias y traducciones. Por
otro lado, todos los mazoret (evangelios) que contienen aproximadamente el 50% del Nuevo Testamento hasta
Hechos 15, y al menos tres cartas, la 1 de Kefa (Pedro), Ya'akov (Santiago) y Yehudim (Hebreos) fueron escritos por
judíos y para judíos lo cual eleva a un 90% el trasfondo hebraico del Nuevo Testamento.
El resto lo constituyen las cartas de Pablo, cuyas copias en manuscritos griegos nos han llegado por más de 5,000
(cinco mil) manuscritos diferentes. Pero en los manuscritos griegos de las cartas de Pablo, tenemos no menos de 167
13
citas de Moshé, los Profetas y los Salmos, lo cual, si fuese retirado, elevaría a 95% el total hebraico del Nuevo
Testamento, dejando solamente un 5% con carácterísticas griegas.
Pero si recordamos que ese 5% tiene como intención mostrar la verdad judía de la redención y de la salvación a
una audiencia no judía, entonces el mensaje mismo, aunque vestido de griego, tiene un trasfondo hebraico que no
debemos ignorar si queremos ser fieles al mensaje de la Biblia, pues como dijera el Maestro: "La salvación viene de
los judíos".
Es importante recordar que lo que ha sido conocido popularmente dentro del cristianismo como Iglesia Primitiva,
fue formada por judíos entre judíos y, aun concediendo por la vía de la ilustración que la Iglesia nació en Pentecostés,
en su nacimiento no participó siquiera un gentil al menos, como está documentado en Hechos 2.
Consecuentemente, participar de esa Iglesia Judía en su nacimiento, demanda un conocimiento hebraico de su
origen y fundamento, en otras palabras, el conocimiento de sus raíces hebraicas no es simplemente una opción de
cultura bíblica, es una demanda hermenéutica decisiva.
El Código Real por su parte, está lleno de expresiones, hebraísmos, términos técnicos y palabras hebreas que no
tendrían sentido alguno excepto que se interpretaran teniendo en cuenta no su significado en griego, sino en el hebreo
y en el judaísmo del Primer Siglo, de donde provienen originalmente.
Sería un grave error de interpretación tomar el término "lógos" como fue entendido por los filósofos griegos, y
aplicarlo al concepto de "dabar"como usado por los profetas hebreos; "lógos" será siempre una traducción del
concepto hebreo "dabar". Transferir el significado del primero al segundo es hermenéuticamente incorrecto y
teológicamente riesgoso.
No es lo mismo, por ejemplo, el concepto de Rúaj HaKodesh en el tiempo del Segundo Templo, al concepto de
"Espíritu Santo" que encontramos más tarde en los llamados Padres de la Iglesia; como tampoco es lo mismo el
concepto de Espíritu Santo que encontramos en el documento llamado "Credo Apostólico", que el concepto de
Espíritu Santo que encontramos en la Confesión de Fe de Nicea (325) o en el de Calcedonia (451).
Es importante recordar a nuestros lectores, que lo que ha sido llamado Iglesia Primitiva no fue sino una
movimiento oficial dentro de las muchas sectas judías del primer siglo, que reclamó el derecho de establecer un
judaísmo normativo para todo Israel teniendo como fundamento la revelación de Yeshua como el Mashiaj anunciado
por Moshé (Moisés) y por los Profetas y que nunca fue su intención abandonar Israel ni el judaísmo ni establecer una
nueva religión diferente a la dada por el Eterno.
Por lo tanto, conocer la cultura hebrea, especialmente del primer siglo, lo que se conoce técnicamente como
Judaísmo del Segundo Templo, es vital para un entendimiento apropiado del Nuevo Testamento. Repetimos, esto no
es una opción, es un requisito.
Las expresiones que tienen mayor valor teológico y religioso, son todas hebreas en su misma esencia, e
interpretarlas ignorando su trasfondo hebraico, produjo y produce constantemente, una innecesaria separación de los
cristianos de su herencia hebraica y bíblica. De ahí que estamos en presencia de un Nuevo Testamento Textual
Hebraico, para referirnos a nuestro concepto de Código Real Hebraico.
Por otro lado, y más cercano a nuestros días, la exportación de prototipos de misioneros" con ojos azules y piel blanca
con imposiciones culturales y teológicas tanto norteamericanas como europeas, ha creado, especialmente en
Iberoamérica (América Latina) una imagen del Mashiaj más semejante a los norteamericanos y europeos de clase
media y alta, que a un artesano judío del primer siglo que reclamó ser el Mashiaj, acentuando el distanciamiento
cultural de los creyentes de sus raíces bíblicas y hebraicas.
"Esto no tiene nada que ver con el reconocimiento de la labor extraordinaria de expansión y
distribución de la Biblia en castellano realizado por las Sociedades Bíblicas Americanas, pero
indica una realidad cultural evidente en nuestras naciones.
Paralelo con esto, en algunos países del llamado Tercer Mundo muchos teólogos se han aventurado a considerar a
Yeshua como un revolucionario que traerá liberación de la pobreza y de la enfermedad al mundo y lo han presentado
más como un guerrillero ideal que como el Rabino de Netzaret, enseñando Torah en cualquier lugar posible, ya fuese
en el Templo o en la Sinagoga judía o simplemente por el camino y las casas de sus compatriotas.
El Dr. Ron Moseley" ha demostrado que la persona misma de Yeshua ha pasado por al menos diez diferentes
conceptos a lo largo de la historia del cristianismo, todas las cuales lo han alejado más y más de su realidad judía.
Si esto es así, ¿conocen los cristianos verdaderamente al Yeshua del Código Real? ¿Les será atractiva su imagen
cuando lo descubran como el judío del cual nos habla tan maravilloso y autoritativo documento? ¿Podrán reconocerlo
si entrara mañana a una de las catedrales cristianas consideradas monumentos de la humanidad?
Cuando a esto añadimos que ha sido un axioma la aceptación de que la comunicación del Nuevo Testamento tuvo
lugar originalmente en griego, la inmensa mayoría de los estudiantes de todos los seminarios cristianos han sido
14
entrenados a estudiar el griego del Nuevo Testamento por encima de su realidad hebraica y, consecuentemente, la
diseminación de la enseñanza neotestamentaria que la mayoría de los cristianos conocen y en la cual son instruidos
cada día, sufre la ausencia de una educación hebraica como fundamento confiable para un entendimiento apropiado
del Nuevo Testamento.
Resulta interesante que aquellas expresiones y frases que son tan difíciles de entender y traducir del griego,
cuando las analizamos en su trasfondo hebreo, se transforman en las más sencillas y fáciles de comprender.
Esto nos permite suponer que los más grandes debates teológicos que encontramos en la historia del cristianismo,
pudieron ser el resultado del abandono de un entendimiento hebraico del Nuevo Testamento y de sus raíces hebreas.
Si se hubiese evitado, posiblemente nunca habría ocurrido que los cristianos fuesen privados del olivo natural en
suelo judío y de las raíces hebraicas de su fe.
Dicho abandono expuso a los creyentes de origen gentil a la invasión del pensamiento y cultura greco-romana en
su teología y costumbres, que ha dado como resultado una religión distinta a la de Yeshua y los apóstoles, que dista
mucho de ser la Iglesia Primitiva que encontramos descrita en las páginas del Nuevo Testamento.
No es cierto que los judíos perdieron su idioma hebreo cuando regresaron del Exilio Babilónico, como muchos
todavía afirman. Si no lo perdieron luego de 400 años en Egipto, menos, luego de solamente 70 en Babilonia, cuando
muchos no fueron llevados a Caldea sino quedaron en Eretz Yisrael como remanente de gracia, dejados allí por el
Eterno.
14 Mosley, Ron " Yeshua: A Guide to The Real Jesus and the Original Church", Ebeb
Publications, 1996.
Ha sido documentado que entre los que regresaron de Babilonia, algunos "no podían hablar la lengua de Judá",
pero no la totalidad del pueblo. El hecho de que los profetas post cautividad babilónica, todos, sin excepción,
hablaron y escribieron sus profecías en hebreo, como es el caso del libro de Ester y Hageo y Zacarías y el resto,
demuestra, más allá de la duda razonable, que el pueblo no había perdido su lengua materna, pues de lo contrario,
¿cómo explicamos que tales libros fuesen escritos en hebreo?
Otros han afirmado que la presencia del dominio helenista en la cuenca del Mediterráneo sustituyó el hebreo por
el griego como la lengua franca de la zona, incluyendo a Israel.
Sin embargo, la historia judía demuestra que lo contrario fue el caso y que si bien hubo judíos que fueron
asimilados por el helenismo, una realidad consistente y relevante de la población se opuso y luchó con todas sus
fuerzas hasta que finalmente los macabeos echaron de Israel todo vestigio griego y el Templo fue dedicado de nuevo
al servicio del Eterno en su lengua materna, el hebreo.
Esto nos introduce, prácticamente, al primer siglo, y está demostrado hoy día, que el judío del primer siglo, hasta
la caída de Yerushaláyim y del Templo a mano de los romanos en el 70, habló el hebreo como lengua diaria e incluso
hasta una época tardía como la Segunda Guerra contra los Romanos (132-135d.M.) Aquí la arqueología ha venido a
demostrar que para entonces, el idioma de los judíos en Yerushaláyim era el hebreo"
Por otro lado, el testimonio de los llamados Padres de la Iglesia coincide con este hecho y confirma la tesis del
uso del hebreo como lengua franca del judío en el primer siglo. Presentemos algunos testigos del caso":
Papías (150 E.C.)
"Mateo compuso sus palabras en lengua hebrea y cada cual lo tradujo lo mejor que pudo". Ireneo (170)
"Mateo también escribió un Evangelio entre los judíos en su propia lengua". Clemente de Alejandría (200):
"La epístola a los Hebreos fue escrita por Pablo a los judíos, en la lengua hebrea, pero fue cuidado-samente trasladada
por Lucas y publicada entre los griegos".
Orígenes (215)
"El primer Evangelio fue escrito según Mateo, el mismo que fue cobrador de impuestos.., fue escrito para los judíos
creyentes, en hebreo".
“Se han encontrado inscripciones en Yerushaláyim, del tiempo de Simón bar Koshivah, el
líder judío que se rebeló contra Roma entre los años 132-135, donde aparecen monedas con
inscripciones en hebreo, anunciando "el año de la redención" relacionadas con esta guerra.
Hoy día, tanto en Yerushaláyim, como en otras regiones de Israel, continúan
encontrándose casi diariamente, nuevos hallazgos que demuestran el uso del hebreo en la
vida diaria jodia del primer siglo.
15
1`Vea en orden, las siguientes fuentes: Eusebio, Hist. Ecle.; Ireneo, "Contra los Herejes";
Eusebio, ob.citada. Eusebio, Ob. Citada Vea "Vida de Hombres Ilustres", Libro V.
Jerónimo (380), hablando de Pablo, dijo:
"Él, siendo judío, escribió en hebreo, su propia lengua y en la que tenía mayor fluencia, y las cosas más elocuentes
(importantes) escritas en hebreo, fueron cuidadosamente traducidas al griego".
Como vemos, el testimonio de los llamados Padres de la Iglesia confirma nuestra hipótesis de que el hebreo fue
usado entre los judíos y entre los apóstoles y que del hebreo se tradujo al griego para bien de los no judíos y de los
judíos que no hablaban hebreo.
Por otro lado, nunca pasemos por alto que aunque el arameo, familia semita del hebreo, fue usado por la judería
en Babilonia, no obstante, tanto la lectura de la Torah como la liturgia de la sinagoga, incluyendo la lectura de los
Profetas, continuó siempre en hebreo, hasta el día de hoy.
Y para nadie es un secreto que no existe una sola sinagoga o comunidad judía en el mundo actualmente, que
cuando abre sus puertas en Shabat para leer a Moshé y a los Profetas, lo hagan, primeramente, en otra lengua que no
sea el hebreo, aunque después se traduce al idioma vernáculo por el bien de todos los que no conocen la lengua
sagrada.
Preservación y trasmisión del Nuevo Testamento
¿Cómo se originó, preservó y trasmitió el Nuevo Testamento, especialmente la sección conocida como Mazoret
(Evangelios)? Cuando entendemos que dichos documentos surgieron dentro de la comunidad judía en los días del
Judaísmo del Segundo Templo, podemos entonces suponer, lógicamente, que la manera como se originaron,
preservaron y trasmitieron sigue el mismo curso normal típico de aquél judaísmo.
Esto fue en efecto, lo que sucedió. En un principio, tenemos una fuente común de la cual bebieron todos los
apóstoles: Yeshua mismo. Él fue el Rabino, el Maestro Sabio que les enseñaba la Torah y les compartía, oralmente,
las grandes lecciones que ellos a su vez debían retener y comunicar a su generación. Esas lecciones eran dadas en
privado y se repetían varias veces hasta que llegaban a formar parte de su propia vida, completamente impregnadas
en su mente.
Maimonides", varios siglos después, nos dirá cómo surgió, se mantuvo y se trasmitió la Torah. Esto es lo que nos
dice: '
"Moisés se instalaba en su tienda; entraba primero Aharón, y Moisés le trasmitía el mandamiento que
le habían comunicado y le enseñaba su explicación. Aharón se levantaba y se colocaba a la derecha de
Moisés, y entraban sus hijos Eleazar e Itamar, a quienes Moisés decía lo que había informado a
Aharón. Luego los hijos se levantaban y se colocaban uno a la izquierda de Moisés y el otro a la
derecha de Aharón. Enseguida entraban los setenta ancianos v Moisés les enseñaba como había
enseñado
Maimonides, prólogo al Tahnud, Tratado Bcrajot.
A Aharón y a sus hijos. Luego venía el conjunto del pueblo y todos los que querían pedir algo al
Eterno, y Moisés les exponía el mandamiento y ellos escuchaban todo lo que les decía. Por
consiguiente, Aharón oía cada mandamiento cuatro veces y sus hijos tres veces. Los ancianos, dos
veces; y; el resto del pueblo, una vez. Entonces se levantaba Moisés, y Aharón repetía y explicaba
ante todos los presentes el mandamiento que había escuchado cuatro veces en los labios de Moisés.
Entonces se levantaba Aharón, y sus hYos, Eleazar e llamar que ya habían oído el mandamiento
cuatro veces: tres veces de boca de Moisés y una vez por boca de Aharón, se lo enseñaban de nuevo
a los presentes y se levantaban. Los setenta ancianos, que ya habían oído el mandamiento cuatro
veces: dos veces de boca de Moisés, una vez de boca de Aharón y una vez de boca de Eleazar e
llamar, lo volvían a explicar a los presentes. De este modo, todo el pueblo escuchaba cada
mandamiento cuatro veces, dicho una vez por Moisés, una vez en boca de Aharón, una en boca de
sus hIos y otra vez por los ancianos. Y luego el pueblo se iba y se enseñaban unos a otros como
habían oído de Moisés y escribían el mandamiento en un rollo. Los jefes del pueblo se
desparramaban por todo Israel para enseñarlo e inculcarlo, hasta que todos se aprendían el texto del
mandamiento y se acostumbraban a leerlo. Luego les enseñaban la explicación del mandamiento y
aprendían la explicación por tradición oral. "
16
De lo visto anteriormente deducimos que la función principal del rabino, en cuanto a la trasmisión de la
enseñanza se refiere, fue asegurarse que sus talmidim pudieran recordar y reproducir con exactitud, oralmente, sus
enseñanzas.
Los talmidim entonces venían a ser libros vivientes capaces de repetir, sin equivocarse, las enseñanzas de su
maestro. Muchas veces sucedía que cada talmid retenía una porción de los dichos del maestro y luego, cuando
estaban juntos, eran capaces de tener todo el consejo de un asunto determinado.
Debido a este proceso de memorización extraordinaria y milagrosa de que los talmidim eran capaces, fueron
llamados "tanas", "tanaitas", es decir, "memorizadores de la tradición" o "enseñanza" recibida de sus mayores.
De manera que la forma de enseñanza principal de un rabino en el primer siglo, era la repetición oral constante.
Esto exigía dos cosas centrales: brevedad y sustancia de la enseñanza. Brevedad, para que pudiera recordarse con
relativa facilidad. Sustancia, porque se memorizaba lo esencial, lo fundamental.
El Talmud, por ejemplo, cuenta de un gentil que se presentó delante del rabino Hilel y le dijo: "Enséñame toda la
Torah mientras pueda permanecer de pie en una de mis piernas". Hilel le respondió: "No hagas con los demás lo que
no quieras que los demás te hagan: el resto, es solo comentario. Ve y apréndelo".
I le aquí un vivo ejemplo de brevedad y sustancia. El caso es muy similar a Yeshua y sus shaliajim. Cuando le
preguntaron a Yeshua cuál era el más importante mandamiento de todos, respondió con brevedad y sustancia, y
concluye diciendo: "De esos dos mandamientos cuelga toda la Torah". De la misma manera, rabino Shaul dirá
después: "Toda la Torah en una sola sentencia se resume: Ama a tu prójimo como a ti mismo".
Esto es lo que explica por qué, mientras más atrás retrocedemos en el tiempo, más cortas son las expresiones que
encontramos en el Código Real, y mientras más nos alejamos del primer siglo, más elaborados son los manuscritos
que hemos conseguido. ¿Cuál es la explicación? El origen semítico de dichos documentos.
Solamente después que se daba la enseñanza condensadamente, en forma concentrada, se procedía luego a su
explicación detallada de forma oral. Bastaba una palabra clave, usada como técnica de memorización, para que el
resto del texto bíblico o de la enseñanza oral que lo explicaba, se sobreentendiera, tanto por el que repetía como por el
que escuchaba.
Esto significa que antes de la existencia escrita de los Mazoret (Evangelios), su contenido fue conocido por los
creyentes y era pasado oralmente de discípulo a discípulo. En otras palabras, no porque no existieran en forma escrita,
significa que los seguidores de Yeshua no tenían conocimiento de esa historia. Todo lo contrario es el caso. La
conocían muy bien.
Hoy día, con la infonnación que tenemos, no hay duda alguna que la manera de enseñar la Torah en el Judaísmo
del Primer Siglo, obedecía a una técnica rabínica altamente conocida y extendida por todo Israel: instrucción del
rabino, memorización de la enseñanza y repetición oral a los nuevos talmidim.
La escritura de esas enseñanzas no formaba parte todavía de la preservación y comunicación, en este caso, de los
dichos y enseñanzas de Yeshua, pues los rabinos del Primer Siglo seguían este principio: Lo que se había dado
originalmente en forma oral, no se trasmitía por escrito, se pasaba oralmente; y lo que se había dado originalmente
por escrito, no se trasmitía oralmente, se escribía.
Por lo tanto, nunca hubo, originalmente, ningún documento escrito sobre los dichos de Yeshua, todo estaba
retenido preservado en la memoria y en los labios de los shaliajim, y solamente uno que hubiese tenido acceso a esas
instrucciones orales del Maestro y podía ser contado como apóstol. Yeshua acostumbraba decir: "Lo que digo en
secreto, proclamadlo desde las azoteas" Y minutos antes de su retiro, afirmó: "enseñándoles a guardar todas las cosas
que os he dicho".
Pablo dirá a uno de sus más aventajados talmidim: "Lo que has oído de mí, esto encarga a hombres fieles que
sean capaces de enseñar también a otros". Observa la expresión: "Lo que has oído de mí", lo cual indica lo que
venimos diciendo, que la trasmisión de las enseñanzas de Yeshua y de sus shaliajim pre-existieron a la forma escrita
que hoy tenemos y se trasmitieron oralmente, de judío a judío, pues los gentiles, al menos en los primeros 10 años del
movimiento, no formaron parte todavía de la comunidad.
Y cuando recordamos que todos esos judíos que tenían en sus labios los dichos y enseñanzas de Yeshua lo hacían
en hebreo, entonces es fácil comprender por qué, al principio, la preservación, contenido y trasmisión fueron en
hebreo, especialmente entre los talmidim que vivían en la tierra de Israel donde el hebreo era la lengua materna.
Olvidar lo que se había dado de boca a boca, se consideraba una gran pérdida, comparable a la pérdida del alma
misma. Por lo tanto, había que repetir y repetir, con paciencia, hasta dominar todo lo que se había instruido. El Rábi
dirá: "Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas", es decir, podréis recordar todas las cosas que él había
enseñado.
A fin de que esta enseñanza no se perdiera, un profeta podía invocar la asistencia divina para mantener fresco en
la memoria lo que se había recibido. El Rábi dirá luego que la Presencia divina, la Rúaj HaKodesh, "os recordará
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todas las cosas que os he enseñado". Esto era fundamental, especialmente para los jueces, que tenían que ser asistidos
por la rúaj divina en el ejercicio de sus funciones.
Hasta este momento, la preservación de los dichos de Yeshua se guardaba y trasmitía en rollos vivientes; y de
acuerdo al nivel del estudiante, así era la profundidad y extensión que se daba de la enseñanza.
En otras palabras, había niveles de memorización y trasmisión. Alguien que comenzaba recibía lo básico y luego,
oralmente, por medio de la repetición, se incrementaba el volumen y contenido de las enseñanzas.
El Talmud" nos dirá luego: "Primero un hombre debe aprender lo básico y luego penetrar en las profundidades de
lo que ha aprendido".
Esto es lo que explica la orden del Mashiaj39: "Introduciéndolos en el conocimiento del Padre, y luego del Hijo y,
luego de la Presencia Divina". En otras palabras, los destinatarios de esta misión no tienen conocimiento ni del Padre,
ni del Mashiaj, ni de la Rúaj HaKodesh, por tanto, será vuestra responsabilidad instruirles acerca de HaShem, de Su
Mashiaj y de cómo relacionarse con el Espíritu de Santidad.
A fin de ayudar en el proceso de la memorización, los tanaítas usaban técnicas especiales de asociación que
ayudaban a refrescar la memoria y traer las imágenes claves que permitían luego recordar el resto de las enseñanzas.
Esto es evidente también en las propias Escrituras, con el uso de los acrósticos teniendo en cuenta el orden del
alfabeto, como es el caso, por ejemplo Salmos (119) y de Proverbios (30), por citar dos testigos.
En los días del Segundo Templo, cuando tuvo lugar la vida de nuestro Maestro, era costumbre entre los rabinos el
uso de material midráshico, ya fuesen parábolas o alegorías, para recordar a sus estudiantes sus enseñanzas derivadas
de las Escrituras, o la forma mishnáica para recordar a sus estudiantes sus enseñanzas de asuntos no derivados
directamente de las Escrituras.
'" Vea Shabat 63a Mattityahu 28:19
Tanto el recurso midráshico como el mishnáico, eran de carácter nemotécnico, es decir, para hacer más fácil la
trasmisión, la repetición, la memorización, la preservación y posterior trasmisión de la enseñanza.
Para ello, el maestro agrupaba ciertos asuntos en bloques específicos, de tal manera que fuese después
relativamente fácil recordarlos. Cuando finalmente se decide escribir lo que se había originado oralmente, esos
bloques de carácter midráshicos y mishnáicos salen a la luz con una claridad extraordinaria y es lo que explica el
orden que tenemos en los mazoret.
Algunos rabinos, por ejemplo, tenían la costumbre de tirar una oliva a cierta distancia como señal para que sus
talmidim recordaran esa enseñanza particular. Otros acostumbraban, a la hora de la comida, mojar en el plato de un
talmid o viceversa, pedirle a un talmid que mojara el pan en su plato para que entonces esa acción sirviera como
"señal" a fin de recordar toda la lección relacionada con el incidente"`. Como es seguro, la mayoría de mis lectores
traerán a su memoria lo que sucedió la noche cuando nuestro Adón fue entregado y alguien "mojó el pan" en su plato.
Un buen ejemplo.
El problema sinóptico
No es apropiado ignorar el tradicionalmente llamado "problema sinóptico", como una referencia al hecho de que en
los tres primeros mazoret, esto es, Meir, Hilel y Mattityahu, vistos en un mismo cuadro de tres columnas, pueden ser
percibidos globalmente, es decir, "sinópticamente", de tal manera que algunas narrativas que podrían indicar un
mismo y similar hecho histórico, muchas veces coinciden, casi palabra por palabra; pero a menudo contienen
irregularidades, contradicciones e incluso, disputas internas.
Cuando ocurren coincidencias de palabras, se afirma que hay un posible caso de interdependencia. Cuando dos
coinciden o los tres, se dice que hay un caso de dependencia interna. Para los especialistas, esto es el problema
sinóptico. Lo que nos interesa en esta sección es preguntamos: Si es cierto que hay total dependencia del uno del otro
o independencia: ¿qué hacer cuando hay irregularidades? Si decimos que cuando las palabras y hechos coinciden es
una demostración de la inspiración de los escritos, ¿qué decir cuando no coinciden? ¿Cómo explicar que Yojanán es
completamente diferente al resto de los tres primeros? ¿Y cuál es la relación del último con los cuatro previos, si
asumimos que las palabras de Yeshua en Mar'ot Elohim (Revelaciones) deben tener el mismo valor que sus palabras
como están registradas en los primeros?
Veamos un ejemplo simple: En Meir 3:31-35, Hile18:19-21 y Mattityahu 12:46-50, se nos documenta la visita
que hicieron a Yeshua, sus hermanos y su madre, mientras el Rabí estaba entregado por entero a la enseñanza de la
Torah a los hijos de Israel.
°° Vea Mishnáh, Avodah Zará. Donde en ocasiones los rabinos usaban letras o palabras específicas
para que sirvieran de "señales para la memoria", a fin de hacer más fácil recordar la enseñanza.
Hoy día, estas mismas técnicas continúan siendo usadas entre los estudiantes para recordar
fórmulas y principios científicos que son de diflcil memorización.
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Según Meir, cuando el Maestro lo supo, reaccionó así: "¿Quién es mi madre? ¿Y quiénes son mis hermanos? Y
mirando a los que estaban sentados alrededor de él dice: He aquí mi madre y mis hermanos. Pues todo aquel que hace
la voluntad de Elohim, éste es mi hermano, y hermana, y madre". Según Mattityahu, esto fue lo que sucedió:
"Cuando todavía él se encontraba hablando a los que estaban allí, he aquí que su madre y sus hermanos estaban fuera
y procuraban llegar hasta él para hablarle. Y alguien le dijo: Tu madre y tus hermanos están fuera buscándote para
decirte algo Mas, él, respondiendo le dijo: ¿Quién es mi madre y quienes son mis hermanos? Y extendiendo su mano
y apuntando con ella a sus talmidim, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque cualquiera que disponga su
corazón para obedecer los mandamientos de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, y mi hermana, y mi
madre". Aquí evidentemente hay una variante, pero el principio es el mismo. Por su lado, Hile] nos informa que
cuando Yeshua supo que sus hermanos y su madre estaban procurándole, no hizo ninguna pregunta, sino respondió
directamente. Veamos: "Y se presentó su madre en el lugar donde estaba y sus hermanos, pero no podían acercársele
por causa de la multitud. Y le fue pasado el mensaje: Tu madre y tus hermanos han estado fuera, anhelando verte.
Mas Yeshua respondiendo dijo: Mi madre y mis hermanos son los que oyen y viven practicando lo que dice la Torah
de HaShem". Como vemos, mientras Meir y Mattityahu afirman que él hizo una pregunta, Hilel no habla de la
pregunta, sino da directamente la respuesta. Por supuesto, esto es un ejemplo simple, los hay más complejos aún.
¿Cómo explicamos esta irregularidad, cuando afirmamos que todas estas palabras son las del Elohim viviente?
¿Cómo disparidades de palabras, en este caso por ausencia de palabras en diferentes narrativas, podrían ser
consideradas todavía inspiradas y, por lo tanto, sin contradicciones internas? Dicho de otra manera: ¿Cómo podrían
documentos que reclaman ser inspirados divinamente contener tales irregularidades?
Para algunos lectores del Código Real, tales discrepancias y tensiones internas, en el mejor de los casos, podría
ser un hecho confuso; en el peor, negación de la autoridad de dichos documentos. La pregunta que debemos hacernos
es algo como esto: ¿cuán perfectamente intacta fue la trasmisión de los dichos y enseñanzas de Yeshua al punto que
podamos creer plenamente que lo que tenemos hoy día es absolutamente confiable, ante la realidad del problema
sinóptico? Si Yeshua mismo, como ya hemos explicado previamente, es la fuente original e infalible de la tradición
oral de nuestros mazorot, que luego, por razones ya expuestas, se escribieron para nuestro bien, ¿cómo sus discípulos
nos dan versiones diferentes de esos dichos y enseñanzas? Por supuesto, esto no solamente pareciera irracional para
muchos, sino blasfemo para algunos, por tratarse nada menos de las palabras del Eterno en los labios de Su Mashiaj.
¿Cómo explicar estas irregularidades? ¿Cómo podemos decir, ante dichos distintos y en ocasiones contradictorios,
que esas palabras son las del Elohim viviente dadas por medio de Su Mashiaj? Cuando estos judíos, discípulos de
Yeshua, escribieron sus memorias, ¿fueron inspirados divinamente? Si la respuesta es positiva, ¿cómo entonces hay
disputas, irregularidades y tensiones entre ellos? Si la respuesta fuese negativa: ¿qué valor espiritual y legal tienen
para nosotros hoy día?
Hacemos estas preguntas para indicar al lector que estamos conscientes, muy conscientes de esos hechos. Aunque
para el creyente no hay preguntas ni para los incrédulos respuestas, intentaremos, no obstante, responder las
inquietudes de algunos. Lo primero es recordar que los documentos originales de aquella generación se hacían a
mano. Ellos no tenían los medios sofisticados que tenemos hoy día. Las copias tenían que ser hechas manualmente,
un proceso sumamente engorroso, difícil, que tomaba mucho tiempo y en ocasiones se hizo bajo tensiones políticas y
persecuciones muy fuertes. Mientras más corto es un documento antiguo dentro de la comunidad judía, refleja
muchas circunstancias. Primero, su estilo. Segundo, el estado del escritor. El talmud de Yerushaláyim, por ejemplo,
es mucho más corto que el talmud de Babilonia. ¿Por qué? Porque las circunstancias históricas y políticas fueron
diferentes. Esto creó tipos de variaciones textuales entendibles por todos. El original fue sin errores, pero sus copias
sufrieron variantes textuales aquí y allá. Como no tenemos el documento original, ni del Código Real ni de los
escritos de Moisés ni de los profetas, solamente copias hechas a mano hasta el tiempo de la invención de la imprenta,
tenemos que abrirnos a la realidad de la fragilidad humana en estas cosas, esto es, una palabra aquí y otra allá que fue
copiada inapropiadamente, con faltante o sobrante de una letra, la confusión de una letra por otra, especialmente en
las traducciones del hebreo al griego y del griego a otras lenguas. Estamos en presencia de correcciones gramaticales,
mejoramientos del texto, e incluso, algunas notas marginales que fueron tomadas por escribas tardíos como parte del
texto. Ejemplos notables: la incersión de una nota marginal del encuentro de Yeshua con una mujer adúltera (Yojanán
-Juan 8) y el final tradicional de Meir (Marcos), 16:9-20), que no aparece en las versiones más antiguas y que fueron
añadidas en copias posteriores como si fueran parte del texto. Además de otras interpolaciones en forma de adiciones
u omisiones tardías por consideraciones teológicas, como por ejemplo 1 Yojanán (Juan) 5:7 donde la frase que habla
del principio de jurisprudencia hebraico según el cual los jueces deciden en las cortes de justicia teniendo presentes
dos o tres testigos, fue interpretada como "el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo y estos tres son uno". La
tendenciosidad teológica de tal interpolación es evidente para un manuscrito tardío que contaba con el respaldo del
Concilio de Nicea.
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Cuando ponemos todo esto junto, comenzamos a entender por qué no tenemos siquiera dos manuscritos de los
originales hebraicos o griegos que sean exactamente iguales. Por lo tanto, a la hora de intentar establecer la mejor
versión posible, hay que explorar entre montañas de siglos de acumulación de manuscritos con variantes textuales,
para determinar, teniendo en cuenta el trasfondo hebraico de dichos documentos, la mejor versión posible. Como es
un hecho que cada vez que hubo una copia de un manuscrito previo, nuevas variantes fueron añadidas, entonces,
mientras más retrocedemos en el tiempo, más valor tienen los manuscritos consultados.
En sentido general, todos los manuscritos que tenemos pueden ser clasificados, primeramente, por el tipo de
diseño del material usado: si en forma de rollo o en forma de códice. Por supuesto, la forma de rollo (pergamino o
papiro) era mucho menos costosa que la forma de códice (hojas pegadas, los precursores de nuestros libros hoy día)
Pero esto tenía sus desventajas. Primeramente, era dificil obtener la piel apropiada del animal, visto como lo ideal, o
el papiro mismo apropiado, para su escritura original. Segundo, era muy difícil esconderlo de los muchos enemigos.
Tercero, era voluminoso y pesado. Un cuarto factor a considerar, en caso de usarse el papiro, su naturaleza: lo hacía
frágil y a menudo es la causa por la cual están incompletos, pues se rompían por el uso o el traslado de un lugar a
otro. Finalmente, cuando por razones políticas los judíos tuvieron que irse al exilio mundial y vivir en la
clandestinidad, la mayoría de estos documentos fueron llevados con ellos y aun permanecen ocultos a nuestros ojos.
Por supuesto, nos esperan gratas sorpresas. Por otro lado, muchos de ellos se mantuvieron circulando entre las
comunidades cristianas, las cuales, también por razones políticas, comenzaron a tener cada vez más y más la simpatía
del Imperio hasta que finalmente, el Imperio mismo se cristianizó. Con tal poder recién adquirido, las autoridades de
la Iglesia sintieron la necesidad de regular el material que tenían en sus manos y conformarlo según sus perspectivas
teológicas y políticas del momento. Esto abrió el camino para la introducción de irregularidades, abusos y
corrupciones de los manuscritos existentes. Es factible distinguir esas irregularidades cuando son confrontadas con
manuscritos más antiguos y cuando se tiene en cuenta su trasfondo hebraico, pues hoy día, con todas las herramientas
e información que tenemos disponibles es técnicamente posible detectar dónde hubo una desviación por adición o
sustracción del texto, y su sentido primario y original, que fue semita, no helenista.
¿Cómo determinar entonces la mejor versión posible? Imaginemos por un momento que varios expertos son
llamados para restaurar un cuadro famoso; pero ninguno de ellos, aunque ha oído del tema, nunca ha visto el cuadro
original. Cada uno recibe varias piezas que han sido arregladas y retocadas aquí y allá, capaces de producir variantes
del original. Nadie dudaría de lo complicado que sería para un experto trabajando solo o como grupo, determinar
cómo fue el cuadro cuando salió por vez primera de manos del pintor. Para complicar más las cosas, se advierte que
algunas fracciones de la pintura han sido perdidas y que otras, independientemente de los arreglos e intentos de
reconstrucción hechos, se encuentran en un estado muy deteriorado.
¿Qué hacer? En ocasiones, los expertos tendrán que imaginar cómo debió ser esta o aquella pequeña pieza
faltante para que vayan completando su perspectiva del cuadro. Mientras van reconstruyéndolo, he aquí que algunas
esquinas no quedan exactamente cuadradas, ni ciertos bordes perfectamente determinados. También vamos notando
que algunas imágenes del cuadro no son tan claras como otras pues se encuentran en un estado tal vez borroso o
deteriorado por accidentes o condiciones ambientales donde estuvieron guardados. No obstante, ¿cuál es la meta de
los expertos? La respuesta es: reconstruir el cuadro, teniendo en cuenta todas las variantes viables y arreglarlo de tal
manera que sea presentado lo más cercano posible a lo que debió ser el original. Al final, luego de revisar muchas
veces su trabajo, lo introducen al público como la forma más inteligente, coherente y apropiada de expresar lo que
debió ser el original.
Aplicando este principio de reconstrucción textual a nuestros mazoret, podemos afirmar que incluso cuando
tengamos letras o palabras que pudieran estar faltando o que se encuentren agregadas, lejos de demostrar que el
cuadro reconstruido no es confiable, indica lo contrario, que es lo más confiable posible que tenemos en estos
momentos.
Todos los que han asistido a una exposición arqueológica, pueden confirmar mi teoria. Si alguien viene a
nosotros y nos dice que ha descubierto un vaso de plata original del tiempo del Segundo Templo y nos la presenta
absolutamente pulida y perfecta, sin daño alguno, al punto que no habría cómo distinguirla de otra recién salida al
mercado, todo el mundo pondría en tela de juicio tal descubrimiento. ¿Por qué? Porque tratándose de asuntos tan
antiguos, lo que precisamente nos da confianza que estamos en presencia de algo auténtico, son esas pequeñas
deficiencias que lo distinguen de una obra reciente y perfecta.
Por cuanto tenemos algunas letras y palabras e incluso documentos enteros que aun no han aparecido, ninguna
teoría puede ser absolutamente probada o descartada. En tanto que sigamos una metodología científicamente seria y
halájicamente aceptable, las pequeñas deficiencias que podamos encontrar aquí o allá, no nos da derecho a lanzar la
obra reconstruida al cesto de la basura. En el judaísmo, por otro lado, sostenemos un principio muy antiguo: ninguna
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objeción hecha a los dichos de los sabios de la Torah de antaño (sean sus memorias bendecidas), descalifica
necesariamente esos dichos. Las objeciones no son necesariamente conclusiones.
Debemos tener siempre presente que estamos hablando de palabras y escrituras, no de fórmulas matemáticas
donde solamente un resultado final es alcanzado correctamente. La preferencia de una reconstrucción textual sobre
otra, asunto que es científica y halájicamente válido, no tiene su fundamento en la descalificación de las partes, sino
en la preferencia de uno sobre el otro, basado en la evidencia científica, halájica y lógica que ha sido presentada.
Debemos recordar que no hay dos hombres que tengan el mismo tipo de intelecto, la misma forma de razonar ni
de usar creativamente la información de que dispone. Y en el proceso de recibimiento, preservación y trasmisión de
las Escrituras, el Eterno no lo ha dado a los ángeles, sino a los hombres. Y aun cuando la santidad de esos escritos
requiere un acercamiento y estudio del mismo despojado de todo tipo de prejuicios y con una mente y un corazón lo
más espiritual e intelectualmente puros y objetivos, el hombre, precisamente por ser hombre, y no un ángel, no está
absoluta y completamente libre de las sublimidades históricas, culturales y teológicas que han dado estructura y vida
a su intelecto. Esto es lo que llamamos en nuestra tradición rabínica, el principio de "shijul ha-daht", esto es, la
evaluación mental de los hechos presentados, en los cuales cada intelecto humano los interpreta, infiere
y los sistematiza de forma diferente. Pero esas diferencias, lejos de descalificar el hecho, lo autentica. El Eterno nos
ha creado con variantes subliminales que actúan como fuerzas escondidas dentro de nuestra personalidad y distinguen
la forma como nos acercamos e interpretamos los hechos que tienen lugar ante nuestros ojos, dependiendo de dónde
nos encontremos, a cuánta distancia y con qué motivación. Una persona que está dispuesta a sufrir privaciones y
persecuciones e incluso a morir por ser fiel a un hecho que nunca ha ocurrido, difícilmente nos puede sugerir que tal
hecho no haya existido, excepto que tengamos prejuicios religiosos o simplemente deficiencias intelectuales.
Por otro lado, debemos recordar que en los días del Segundo Templo, cuando tuvo lugar la vida y los dichos de
nuestro Rábi, no existían cámaras de video ni grabadoras digitales ni taquígrafos profesionales para retener cada
palabra, respiración, entonación y comunicación corporal que acompañaron a esas palabras. Cada cual la oyó y la
percibió según su propia presencia, atención, concentración e intelecto. Luego, las memorias de esos hechos o de los
testigos originales, fueron expuestas en forma permanente para la posteridad, en un pergamino o en un papiro. Es
humanamente aceptable que la manera como fueron perpetuadas esas memorias, tuvieran el sello de la personalidad,
la fuente de información y la sublimidad intelectual de cada escritor original.
Por otro lado, muchos de los hechos narrados tuvieron lugar en momentos extraordinariamente sensibles, algunos
incluso, en círculos muy privados; y otros, en ocasiones, profundamente repletos de aprehensión emocional ante
ciertas realidades que están más allá de la experiencia cotidiana del hombre. Fueron hechos que ocurrieron, dentro de
un tiempo terrestre normal. Algunos tuvieron una duración de segundos, como ciertos milagros extraordinarios.
Imagínese a un cojo de nacimiento que en dos o tres segundos es sanado ante usted y a la vista de todos. Usted no lo
puede repetir en cámara lenta para ver cada detalle. Lo percibió desde el lugar donde estaba sentado, con el grado de
concentración y estado emocional en que se encontraba y desde el lado religioso donde había tomado partido. La
manera como usted cuenta el hecho ocurrido sin duda será diferente a los otros testigos, pero esa diferencia, lejos de
descalificarlo, lo atestigua.
Por otro lado, nuestros mazorot fueron escritos en estilos diversos; cada escritor aplicando las reglas de
interpretación que le fueron más apropiadas; basándose en lo que después fue conocido como las Trece Reglas de
interpretación y los kabalot, es decir, la colección oral de información recibida por los talmidim originales de los propios
labios de Yeshua, lo que, como dijimos arriba, formó parte de la fuente original y primaria de donde todos luego
bebieron.
Es en este sentido que aceptamos el trabajo de los expertos: cuando han usado todas las variantes, posibilidades e
información disponible y nos dicen que esta es la forma más aproximada a como seguramente se vio el cuadro
original cuando salió de manos del autor primigenio. Es técnicamente posible que avanzando el tiempo y con nuevas
Informaciones y descubrimientos, se haga una revisión de la reconstrucción textual hecha, para acercarnos aun más al
original. Y esto continuará de generación en generación, hasta que venga nuestra justo Mashiaj y entonces nos
declare todas las cosas. El Eterno ha permitido que esto sea así por un principio que nos viene del mismo Sinaí: "La
Torah no está en el cielo ni está en el abismo", sino "cerca de ti, en tu boca y en tu corazón para que la cumplas".
Consecuentemente el Eterno nos ha dado el honor de ser responsables con lo que hemos recibido de nuestros
antepasados y de hacer todo lo que esté a nuestro alcance para preservarlo, trasmitirlo y enseñarlo de la forma más
pura e intelectualmente aceptable a cada generación. Esta reconstrucción textual que ofrecemos está basada en estas
premisas y tiene el único propósito de contribuir, en la medida de mis fuerzas, a la extensión de los dichos del Rábi
de la forma más cercana posible a lo que salió originalmente de sus labios, para que cada generación de los
descendientes de Sefarad guste, de las riquezas de sus palabras, se beneficie del trabajo de sus manos y reciba la
porción de la gloria de la redención que por su medio ha sido sellada por el consejo del Altísimo y para Su gloria.
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¿Cómo y por qué pasaron las memorias y tradiciones preservadas y
trasmitidas oralmente a forma escrita?
Una interesante pregunta, porque ya hemos visto que estaba prohibido trasmitir por escrito lo que se había originado
verbalmente. Esa era la regla en los días del Segundo Templo. ¿Por qué los rabinos eran tan celosos de la tradición
oral y no querían escribirla?
La respuesta es doble. Primero, para proteger la Torah de sus comentarios o explicaciones. En otras palabras, si
se escribían las interpretaciones, alguien podría elevarlas al mimo nivel de inspiración y autoridad que la misma
Torah, dictada por el dedo del Eterno. Entonces, para evitar ese tipo de confusión, se prohibía escribir lo que se
enseñaba oralmente.
Segundo, para mantener la pureza de las memorias y tradiciones del maestro fuera del alcance de los "otros", que
podrían usarlas mal, tergiversarlas o cambiarlas, dañando así la enseñanza.
De hecho, la tradición oral fue vista como "el misterio", el "secreto" que identificaría a un verdadero talmid de
uno falso, ya que por ningún medio, excepto que viniera a ser parte del grupo, un extraño tendría acceso a las
enseñanzas del maestro pues no estaban en rollos fisicos, sino en rollos vivientes.
A1 momento que estas memorias y tradiciones se escribieran, sería mucho más difícil saber quién era un
verdadero discípulo de un espía o de un delator. Si alguien quería recibir ese conocimiento, tenía que exponerse
públicamente, mostrarse y venir al maestro para que le enseñara. El celo de los rabinos por mantener lo que oralmente
se inició y fue trasmitido, tiene que verse a la luz de lo dicho previamente.
El maestro tenía sus propios pergaminos; con sus notas y apuntes personales, que le servían de "guía" en la
exposición de las enseñanzas especialmente de las del maestro principal. Posiblemente eran estos los pergaminos que
Pablo pide a Timoteo que le sean traídos.
También, en sesiones importantes, los escribas, normalmente dos, escribían los aspectos más importantes de una
sesión oficial, ya sea en el caso de un tribunal en sesión o de un debate doctrinal y esos rollos se guardaban en las
"oficinas" de la escuela o tribunal correspondiente.
Hoy día, nuestra generación, acostumbrada a escribir y publicar todo, tal vez no entienda apropiadamente cómo
podía tanta información ser retenida en la memoria, pero la verdad es que así fue. Pablo, por ejemplo, afirma que
Timoteo desde la "niñez ha sabido las Sagradas Escrituras", es decir, se las había aprendido de memoria.
Cuando Jerónimo llegó a Israel para dedicarse a la tarea de traducir la Biblia al latín, afirmó en sus memorias:
"No he encontrado un solo niño judío en Belén que no sepa la Biblia completamente de memoria".
¿Cómo y por qué se escribieron los dichos de nuestro Rebe que se habían mantenido privadamente entre los
judíos y solamente habían sido trasmitidos de forma oral? ¿Por qué hacia fines del primer siglo, el propio Yeshua
ordena a Yojanán, el autor de Revelaciones, a escribir lo que oía? Esto merece consideración.
Si tomamos como fundamento lo que ocurrió dentro de la comunidad judía en general, con respecto a la así
llamada torah oral, que luego fue escrita en el documento conocido como "Mishnáh" del cual hemos hecho varias
referencias, tendremos una idea de por qué algo similar ocurrió dentro del movimiento Netzarita.
En el caso de la Mishnáh, en medio del exilio, cuando el pueblo de Israel estaba disperso por todo lugar del
Imperio y existía el peligro que se perdieran las memorias y tradiciones de que estaba compuesta la torah oral,
Yehudah HaNasí decide escribirlas para preservarlas para la posteridad y asegurarse que no se infiltrasen enseñanzas
defectuosas que dieran al traste con la riqueza de aquellas memorias.
Algo parecido surgió entre los shaliajim. Si tenemos en cuenta que muchos habían venido de todas partes para oír
las enseñanzas de Yeshua y luego habían regresado a sus lugares de origen; que la fama de Yeshua se extendió por
todo lugar y existía el riesgo de que cada cual interpretara por su cuenta esas enseñanzas; y si tenemos en cuenta la
inminencia del exilio que vendría y la responsabilidad de los apóstoles de ir a todas las naciones para buscar y traer
de vuelta a las ovejas perdidas de la casa de Israel, entonces es fácil comprender por qué en un momento determinado
se tomó la decisión de escribir aquellas memorias.
Por otro lado, se descubrió que algunos estaban haciéndolo sin autorización de los apóstoles, como podemos
deducir del prólogo de Hilel (Lucas). Finalmente, los apóstoles comenzaban a envejecer y existía el peligro de que
olvidaran aquellas memorias o de que murieran, llevándoselas con ellos.
Cuando ponemos todos estos factores juntos, podemos entender la urgencia de escribir lo que hasta ahora estaba
en los rollos vivientes de los apóstoles.
Si el Nuevo Testamento es un documento hebraico en su propia naturaleza, su preservación y transmisión
siguieron entonces el estilo del resto de los documentos hebraicos de la época.
El hecho de que el Mashiaj no habló lo que habló ni dijo lo que dijo en otra lengua que no fuese el hebreo,
ignorar el trasfondo hebraico de sus palabras, dichos, comentarios y explicaciones de la Torah nos expone a torcer sus
enseñanzas y a corromper su doctrina, asignándoles un significado extraño al hebreo de donde proviene su verbo.
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¿Cuánto se escribió? Ya hemos visto que Lucas menciona que "muchos que han pretendido poner en orden las
cosas". Por otro lado, Yojanán (Juan) nos informa que las palabras y obras de Yeshua van mucho más allá de lo que
está contenido en su mazorah, y que de escribirse todas, una por una, no cabrían en el mundo los rollos que tendrían
que escribirse. ¿Cuánto se escribió entonces?
El hecho del trasfondo hebraico del Nuevo Testamento nos permite asumir la respuesta a tan interesante pregunta,
pues sigue el mismo principio que tenemos del resto de las Escrituras: Moisés, los Profetas y los Salmos. Por
ejemplo, el Talmud4', nos dice:
"Muchos profetas se levantaron en Israel, el doble de la cantidad de judíos que salieron de Egipto.
¿Por qué sus profecías no están documentadas en las Escrituras? Solamente fueron escritas aquellas
necesarias para las futuras generaciones; las que no eran imprescindibles, no se escribieron".
Esta fue la forma judía de determinar cuánto se escribía. El mismo principio fue seguido por los apóstoles, todos
los cuales fueron judíos, y sin duda, asistidos divinamente. Esto no significa que no podamos ser sorprendidos
arqueológicamente por otros escritos de los cuales el propio Nuevo Testamento nos sugiere (Col. 4:16), pero explica,
hasta nuestros días, el principio general que seguían los profetas de Israel y que se hace presente en los Emisarios.
Tres razones fundamentales motivaron sin duda a escribir el Código Real. Primero, ofrecer una base confiable a
cada generación, con respecto de la identidad y misión de Yeshua como el Mashiaj Sufriente, manteniendo ál mismo
tiempo viva la expectación de la redención y su segunda aparición en medio de los sufrimientos y vicisitudes de un
exilio inminente y del dominio de las fuerzas del mal imponiéndose sobre el horizonte de la historia, ya en los días
previos a la destrucción de Yerushaláyim y del Templo y en los años posteriores.
Segundo, establecer una guía espiritual que mantuviera los niveles de moralidad judías como la norma de la
comunidad sin ceder ante las imposiciones corruptas del sistema que opera en el mundo.
11 Hechos 26:14.
Tercero, ofrecer soluciones halájicas (legales) dentro de las comunidades, según las condiciones cambiantes de
las mismas, de tal manera que se mantuvieran siempre vivas y pujantes aun en medio de los días turbulentos del
exilio que se avecinaba y contaran con los principios jurídicos necesarios para sobrevivir ante las nuevas condiciones
que se acercaban.
El énfasis en la redención final es el tema central del Código Real y la seguridad de que, aun cuando tengamos
que atravesar un período de exilio, tribulación y pruebas, finalmente los reinos de este mundo serán del Eterno y de
Su Mashiaj, quien impondrá el dominio del Cielo en la tierra para siempre. Mientras tanto, según nos movemos del
exilio a la redención, una misión triple es establecida, según ya hemos apuntado previamente.
Textualidad y Hebraicidad
No basta con reconstruir lo mejor posible tantas variantes textuales a fin de reproducir el mejor texto que nos permita
tener las versiones más cercanas a los autógrafos originales. Aunque este trabajo es loable y maravilloso, sin entender
el trasfondo hebraico de esas palabras todavía nos alejamos de la riqueza de la savia del olivo natural.
El tiempo ha llegado para que los cristianos tengan un texto libre de tanta corrupción e impureza textual y de
tanta falta de raíz hebraica. Colocar esa raíz en su justo lugar, dará sin duda a la lectura del Nuevo Testamento la vida
interna, la gracia y la luz propia que hará de su estudio una de las experiencias más profundamente impactantes que
jamás hayamos vivido; como preparación para la redención final del mundo y de la pronta venida de nuestro justo
Mashiaj.
El propósito de esta obra que ponemos con amor y esperanza en las manos de nuestros hermanos iberoamericanos
es abrir una puerta por donde el creyente sincero y el maestro responsable de enseñar las Escrituras a su generación,
tenga a mano lo que el Eterno ha revelado; no en la lengua castellana o inglesa, porque tal revelación no existe, sino
lo que fue dicho por el Espíritu a sus apóstoles y profetas, todos los cuales fueron judíos y tuvieron el hebreo como su
forma de pensamiento y de comunicación original.
Debemos recordar de nuevo que el Eterno no habló ni a Moshé, ni a Samuel, ni a Isaías, ni a Su Majestad ni a
Pablo en otra lengua que no fuera el hebreo. De este último, ha sido documentado' lo siguiente: "Y al caer todos a
tierra, oí una voz que me decía en idioma hebreo: Shaul, Shaul, ¿por qué me persigues?".
Si Pablo fue responsable, como ningún otro Emisario, de llevar la verdad del Eterno a los gentiles y tuvo el más
extraordinario éxito que hombre alguno podría tener en una misión semejante, y su mensaje proviene de un entorno
netamente hebraico, ¿cuánto no debemos esforzarnos por conocer ese entorno que nos permitirá comprender apropiadamente
su pensamiento?
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Por otro lado, el Código Real es un documento legal. No es simplemente historia o registro litúrgico o profecía,
aunque contiene todos esos elementos. Su naturaleza es jurídica.
En una corte judía, los testigos que sean presentados constituyen el fundamento de la legitimidad de un caso. Ha
sido dicho: "En boca de dos o tres testigos descansará todo asunto". De esto aprendemos que no puede llevarse un
asunto legal ante un juez, si al menos no hay dos testigos del caso. ¿Dónde están los testigos originales del Nuevo
Testamento Textual Hebraico?
La realidad es que dichos testigos no existen, como tampoco existen en relación con la Biblia Hebraica, conocida
popular e incorrectamente como Antiguo Testamento. Solamente tenemos el testimonio de algunos manuscritos,
surgidos muchos años después de Yeshua.
Y aun si el manuscrito hebraico de Mattityahu (Mateo); del cual habla Jerónimo en sus notas, fuese encontrado
intacto, aun así no daría respuesta a todas las preguntas técnicas que están en la tnente de los eruditos del Nuevo
Testamento. Lo mismo podemos decir de 1a Biblia Hebraica, donde los manuscritos que tenemos vieron la luz
cientos de años después que la Biblia fue completada. En este caso, estamos en condiciones más difíciles aun que en
cl Código Real pues para aquellos días, la escritura era dada de una fonna que se vuelve sumamente imprecisa para
nosotros.
Al paso de los años, nuestros eruditos han tratado de imaginar la mejor manera de establecer la mejor lectura
posible del hebreo bíblico, sin capítulos, sin mayúsculas, sin vocales. Para ello debían depender de la tradición oral
recibida de sus maestros. No existe otra manera.
Digamos, por ejemplo, que ese fuese el caso del castellano, y que se escribiera sin vocales. Pensemos entonces en
la siguiente frase: "cm Idrn n 1 nch ". ¿De cuál forma diríamos que se pronuncia? Varias combinaciones existen,
dependiendo de la cantidad de vocales que tengamos. Una combinación sería: "Come ladarná no la nachí". Pero si
tenemos un maestro que ha aprendido la tradición venida a su vez de sus maestros y nos dice que la frase "c1n Idrn n
1 nch" significa "Como ladrón en la noche", entonces el valor de esa tradición para definir la manera como debe ser
leído el texto, no tiene precio.
Si tenemos en cuenta que el hebreo tiene dos veces más vocales que el castellano, entonces la importancia de la
tradición oral no tiene límites. Pero aun así, muchas veces las notas manuales de los escribas son prácticamente
inteligibles en algunas secciones; y en otras, c1 cansancio y la fatiga han iutroducido algunos cambios textuales que
deben ser considerados a la luz de otras versiones para determinar el mejor texto posible.
Esto no debe sorprendernos, porque aun hoy en día, en una corte de justicia, sobre un mismo asunto distintos
testigos presentan diferentes versiones. Esas versiones, lejos de contradecir y destruir el caso, lo enriquecen, porque
ofrecen una perspectiva que unida a las otras, nos permite reconstruir el hecho ocurrido de una forma mucho más
precisa.
Si tenemos varios manuscritos hebraicos aquí y allá, y al menos cinco mil copias griegas de esos manuscritos, la
pregunta que debemos hacernos es la siguiente: ¿Cuál versión es la auténtica, la confiable?
Este es el asunto principal que todo estudiante del Código Real en particular, y el traductor bíblico en general,
tiene que confrontar. Y para nadie es un secreto que es la más dificil de responder.
Si a esto añadimos el hecho de que no estamos tratando con un libro cualquiera, sino con la revelación del Eterno
a los hombres, entonces se demanda de cada uno de nosotros una entrega sagrada, un conocimiento textual apropiado
y un nivel de honestidad intelectual e integridad teológica únicos en su clase. Debido a esto, cada traductor o escuela
de traducción (las agencias bíblicas), usan diferentes métodos científicos para determinar la mejor forma de resolver
los problemas textuales y no es de extrañar entonces que sus conclusiones sobre cuál variante textual es la mejor,
difieran una de otra.
Partiendo de este fundamento y teniendo en cuenta el trasfondo hebraico de nuestros mazoret, lo que es un hecho
con la Biblia Hebraica, deberá serlo también para ellos. Por ejemplo, en algunas ocasiones, los escribas judíos fueron
incapaces de determinar, frente a dos variantes textuales, cuál debería ser la correcta. ¿Qué hicieron? Preservaron
ambas, lado a lado, trasmitiéndonos la totalidad de esas dos variantes.
Técnicamente hablando, esto es lo que se conoce como ketiv y keriv, o sea, se escribe de una manera pero se
pronuncia de otra, dando así lugar a ambas variantes textuales encontradas. Tales variantes son anotadas en el texto
por un símbolo o marca que avisa al lector de la presencia de tales variantes.
La preservación de esas variantes en un mismo texto, es lo que explica por qué tenemos en los Mazorot
(Evangelios) dos registros de un mismo hecho y cómo sus variantes textuales fueron trasmitidas lado a lado en cada
rollo.
Por otro lado, algunos de mis compatriotas argumentan contra nuestros Mazorot, que debido a la proliferación de
esas variantes textuales, es del todo imposible determinar con certeza que es auténtico y qué no es auténtico, qué fue
en realidad lo que dijo Yeshua y qué no dijo. Consecuentemente, han declinado considerar la seriedad de su mensaje;
y otros, yendo aun más lejos, su confiabilidad histórica.
24
Mi respuesta es que demos a nuestros Mazorot, la misma oportunidad que damos a nuestra Biblia Hebraica,
porque en ambos casos, estamos en igualdad de condiciones: variantes textuales. Es decir, no existe, ni para la Biblia
Hebraica (Moisés, Profetas y Escritos) ni para los Mazorot un texto hebreo único y definitivo.
Esto significa que lo mejor que un traductor o una agencia bíblica puede hacer es dar al pueblo un texto
suficientemente confiable desde su punto de vista, basado en su integridad académica y teológica, como para
responder a sus propias exigencias auto impuestas; o sea, trasmitir y poner en las manos de sus destinatarios, lo que
considera es la mejor variante textual probable.
Por ejemplo, desde tiempos inmemoriales, los judíos hemos tratado de establecer una línea o "cadena" de
trasmisión textual de la Biblia que asegure al pueblo su legitimidad y confiabilidad. Fue documentado'' en el
segundo siglo de esta edad presente que:
"Moshé recibió la Torah en Sinaí y la pasó a Yahoshua; Yahoshua a los ancianos, los ancianos a los profetas, los
profetas a los hombres de la Gran Asamblea".
En el caso de la Biblia Hebraica, que en sus versiones excluyen todavía los escritos del Código Real por razones
históricas y teológicas que podemos comprender", la línea de trasmisión textual está fundamentada en tres pilares
históricos básicos:
Primero: El Sefer Torah Mazoreta (SFM) - 910 d.M.
Los mazoretas o eruditos bíblicos judíos escondidos en la ciudad de Tiberias, Galilea, produjeron varios textos
masoréticos de las Escrituras entre el siglo octavo al décimo bajo la dirección del gramatólogo bíblico Aarón ben
Moisés ben Asher. Fueron hechos en forma de rollo, utilizando pergamino de piel de animal kasher (permitido por la
Torah para el consumo humano), casi siempre, piel de cordero.
Segundo: El Códice Torah Mazoreta (CTM) -1015 d.M.
Se hizo en Fostat, Egipto. Se tomaron varios textos mazoretas disponibles y de ellos se produjo un texto en forma de
códice que consistía de varias "páginas" sujetas entre sí. No era un rollo como el de Aarón ben Moisés ben Asher, ni
como el Sefer Torah, que es un rollo largo. No lo hicieron así porque un rollo es más dificil de esconder de los
enemigos, que en aquel entonces pululaban; y un códice que consiste de varias hojas en forma de libro era fácil de
ocultar y más serguro de transportar. El escriba y gramatólogo Samuel ben Ya'akov revisó el trabajo teniendo en
cuenta la tradición textual recibida de sus mayores y las muchas variantes existentes en su casa de estudio en la
legendaria Petersburgo, Rusia. Esto es lo que explica por qué tiene no menos de sesenta mil notas marginales de
explicación del texto y al menos mil casos de keriv-ketiv.
Más tarde, en el año 1840, un coleccionista tuvo acceso a este códice, y por estar ubicado en una casa llamada
"Residencia Leningrado", recibió el nombre popular de Códice de Leningrado'S. La mayoría de los traductores
bíblicos, tanto judíos como cristianos, han usado este Códice como la base para sus versiones de las Escrituras en el
idioma vernáculo del pueblo para el cual las han editado. El hecho de que contiene no menos de mil variantes del tipo
keriv-ketiv, explica las diferencias entre tales versiones modernas. ,
Tercero: Biblia Hebraica Stuttgartensia (1967-1977)
Esta versión, basada en El Códice Torah Mazoreta (CTM), popularmente conocido como Códice Leningrado, según
ya hemos dicho, ha servido a su vez de base para la mayoría de las traducciones modernas de las Escrituras Hebreas,
excluyendo, por supuesto, el Código Real. Sobre estos tres pilares descansan hoy día prácticamente, todas las
versiones existentes de la Biblia Hebrea.
“Pirké Avot I : I
'° Sin necesariamente aceptar,
“este códice es conocido en círculos académicos como "Firkovich B 1 9A".
Cuando estudiamos esta maravillosa historia de la preservación y trasmisión del texto bíblico, con todas sus
variantes textuales, nos sobrecogemos de un temor reverente; y ese mismo temor reverente debe estar presente
cuando nos acercamos a los escritos autoritativos de las palabras y enseñanzas de nuestro Rabí y sus Emisarios y que
componen lo que entregamos ahora como primicia en su primera parte, los Mazorot.
Nos referimos a este principio cuando afirmamos que debemos dar a nuestros Mazorot, la misma oportunidad que
damos a nuestra Biblia Hebraica, porque en ambos casos, estamos en igualdad de condiciones: variantes textuales. Es
decir, no existe, ni para la Biblia Hebraica (Moisés, Profetas y Escritos) ni para los Mazorot un texto hebreo único y
definitivo.
En nuestro caso, la línea de trasmisión hebraica del Código Real puede ser presentada de la siguiente manera:
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En estas cartas o "responsas", se establecen enseñanzas y tradiciones que demuestran su conexión con la tradición
oral venida directamente de nuestro Maestro. Por ejemplo, en una de sus "responsas", Rav Shaul (Pablo) afirma:
"Recordando las palabras de nuestro Adón, que dijo: "Mas bendecido es dar que recibir".
Para este tiempo, esa misnháh de nuestro Rabí, todavía no había sido escrita en ningún manuscrito o códice
específico, y de hecho, no lo encontramos, sino solamente en esta responsa de Pablo.
El trasfondo hebraico de estas responsas es evidente, pues ya hemos notado que para el siglo IV Jerónimo dijo de
Pablo: "Él, siendo judío, escribió en hebreo, su propia lengua y en la que tenía mayor fluencia; y las cosas más
elocuentes (importantes) escritas en hebreo, fueron cuidadosamente traducidas al griego".
Primero: Tradición Oral 30-45 d.M.
En este período, las enseñanzas de nuestro Rabí fueron entregadas oralmente y pasadas también oralmente. Estas
enseñanzas fueron preservadas y trasmitidas por sus Emisarios (apóstoles), todas en hebreo y cuando fue necesario,
se tradujeron y se enseñaron también de forma oral en el idioma entendible por los no judíos o por los judíos que
debido al hecho de la asimilación, habían perdido el hebreo como su idioma materno.
Segundo: Transición 45-55 d.M.
Fueron estos los años en los cuales se inicia un período de transición que va de la cultura hebraica a la cultura gentil,
específicamente con el llamado del rabino Shaul (Pablo) a dejar sus sueños y planes dentro del judaísmo y de la
comunidad judía, para moverse a una misión diferente: alcanzar a los gentiles y traerlos de vuelta al Elokim de Israel
en virtud de los méritos ofrecidos por los sufrimientos, muerte y resurrección del Mashiaj. Rav Shaul tuvo que
abandonar todos sus sueños dentro del judaísmo y de la comunidad judía y tenerlos "por basura", para ser fiel a la
visión celestial recibida: ir a los gentiles y atraerlos, por los méritos y autoridad de Yeshua, a la fe de Israel, como
esta debería aplicar, halájicamente, a su caso y misión histórica.
Es aquí que se inicia el período conocido como "plenitud de los gentiles" y se allana el camino para su inclusión
dentro de la familia de Israel. De una forma oficial, lo que ya había comenzado seminalmente con Kefa, se empieza a
desarrollar, a fin de causar que Israel cumpla una de sus misiones más sagradas: traer la luz del monoteísmo a todas
las naciones de la tierra.
Tercero: Las Cartas Apostólicas - 55-68 d. M.
Como un resultado del desarrollo natural que se da con la vida y enseñanzas del Rabi Yahoshua, en este período
comienza la aparición de las cartas apostólicas, para responder, primero, a situaciones concretas de las diferentes
comunidades judías, y luego, a las formadas también por conversos; y más tarde, para las comunidades surgidas
solamente de conversos, es decir, creyentes de origen no judío.
Mazoret Meir (55-60) en Hebreo
En estos difíciles años fue cuando vio la luz en forma escrita, lo que había sido mantenido en forma oral por los
Emisarios y sus más acercados discípulos. Debido al hecho de cada uno de los Mazorot provienen directamente de Su
Majestad, el orden preciso de los mismos sugiere que el primero de todos fue Meir (Marcos); el más corto, el más
misnháico y el que más demuestra su intención mazorética, es decir, que se aprendiera de memoria porque contiene
lo más importante y condensado de las enseñanzas de nuestro Rabí.
Mazoret Mattityahu (60-65) en Hebreo
Mattityahu (hebreo) fue recibido en las comunidades judías seguidoras del Rabí, como el preferido de los Mazorot
por su carácter de culto. Es decir, se usaba como asunto de liturgia u orden de lecturas sagradas, para mantener vivas
las enseñanzas de Yahoshua entre los líderes del movimiento, sobre todas las cosas. Una gran cantidad de material
proveniente de este Mazoret no fue diseñado para el público en general, sino para el círculo íntimo del liderazgo,
como es evidente de su lectura. La abundancia de literatura de tipo midrash, es evidente en Mattityahu y solamente
personas versadas en el judaísmo podían tener acceso a la riqueza de su escritura.
Mazoret Hilel y Yojanán (65-68) en Hebraico
Tanto Hilel (Lucas) como Yojanán (Juan) presentaron sus enseñanzas a grupos distinguidos. El primero,
posiblemente a un prosélito que, estando dentro del movimiento, comenzaba a mostrar dudas con respecto a la
inminencia de la implantación del reino davídico como había sido anunciado originalmente por Su Majestad. En este
mazoret se responde magistralmente a dichas dudas y se muestran las maravillosas enseñanzas del Maestro con
respecto a dicho asunto: Primero, para que fuese conocido bien, la verdad acerca de Yahoshua. Segundo, para que
tengamos una idea de cómo sería la restauración del Reino a Israel. Hilel trata estos asuntos primero en su mazoret y
segundo en Guevurot (Hechos).
26
Yojanán, por su parte, no escribe al público en general, sino a los cohanim y levitas judíos que habían creído en la
mesianidad de Yeshua, pero que debido a la presión de sus oficios por una élite gobernante corrupta, se exponían a un
tipo de fe clandestina que tenía el potencial de arruinar su servicio al Maestro.
Yojanán, siendo levita, escribe a la Casa de Aarón y a la Casa de Leví. Esto es lo que explica por qué su mazoret
gira alrededor del Templo y de los moedim, las convocaciones sagradas o festivales nacionales de Israel.
Sin conocer las leyes del Templo y las fiestas bíblicas, será muy dificil entender su masoret porque fue dado
dentro del nivel místico del Santuario y específicamente para los oficiales del Templo, acostumbrados a entender los
conceptos cabalísticos (profecía recibida por revelación sobrenatural) de sangre, agua, purificación, señales, etc.
Por ejemplo, las leyes sacerdotales explican el concepto de sangre y agua como una referencia a la revelación de
la justicia divina y a la implantación de la Torah en el corazón del hombre. El hecho de que Yojanán nos afirma que
del costado de Yahoshua salieron ambos elementos, tenía, para los cohanim y los levitas, un mensaje único que
escaparía a las personas que no tuvieran acceso al conocimiento místico del Templo y al servicio prestado por sus
oficiales.
Yojanán por tanto, escribe para los judíos sacerdotes y levitas, y tomar sus palabras fuera de ese contexto
hebraico, nos expone a distorsionar sus enseñanzas. De ahí la preocupación de Yojanán: "Ve eile nij-tevu le maan taaminu
ki Yeshua hu ha Mashiaj Ben ha Elokim u le maan yiheiu la jem jaüm bi shemo be emunatejem".
Mazoret Marot Elohim 90-100
El quinto mazoret nos viene directamente de Yeshua, por intervención de Su malak (ángel) personal que fue enviado
a Yojanán con ciertos mensajes proféticos para las comunidades judías ubicadas en el exilio.
Es la revelación de la manera como será establecida la redención final para Israel y de bajo qué autoridad Israel
finalmente cumplirá la totalidad de su misión como nación sacerdotal. Las doce tribus de Israel, representadas por
doce mil emisarios en cada una, irán a las naciones, y bajo la dirección específica del Mashiaj, cumplirán aquella
misión entregada desde el Sinaí por medio de Moshé.
Esta revelación la recibió el Rabí Yahoshua directamente de Elokim y fue entregada para consolación y fortaleza
del exilio judío hasta la redención final. Su valor profético, místico y cabalístico requieren, como ya se ha dicho, de
un conocimiento profundo del judaísmo, del misticismo y de las leyes que rigen este tipo de literatura apocalíptica
judía.
Códice Shem Tov 100-1300
Durante este largo período de tiempo, la comunidad judía seguidora de Yeshua y expuesta al exilio juntamente con el
resto de Israel, preservó y guardó muy secretamente los rollos y códices hebraicos que contenían las enseñanzas
básicas de nuestro Rabino.
Otras de esas enseñanzas se mantuvieron oralmente y se escribieron aquí y allá, por muchos rabinos en diferentes
ocasiones, porque nunca debemos olvidar que la fama de Yeshua alcanzó a los judíos de dentro y fuera de Israel, que
por cierto eran mayoría.
Al regresar a sus tierras, llevaron consigo, oralmente, las enseñanzas del Maestro y poco a poco se fueron
escribiendo, casi siempre sin darles el crédito justo. En todo caso, lo que hizo el Shem Tov demuestra para el
historiador sin prejuicios, que dichas memorias fueron muy bien mantenidas en su contexto hebraico original.
Por ejemplo, en los años que van entre 1385-1400, un rabino conocido como Shem Tov ben Shaptur fue
convocado a una discusión pública con los representantes de la Iglesia en aquellos días. A fin de prepararse para una
discusión "teológica" con sus hostiles acusadores de la época, ben Shaptur consultó "los libros hebreos" de los "netzaritas"
(judíos creyentes en Yeshua como el Mashiaj) e hizo un códice de los mismos, extendiéndose más allá de
Mateo a otros libros del Código Real.
¿Cómo pudo el Shem Tov hacer su obra sin la presencia de aquellos manuscritos hebraicos? Gracias al trabajo de
Sebastián Müster, y que incluyó la edición de un manuscrito hebraico del libro de Hebreos; hoy en día el Códice
Shem Tov es un eslabón importantísimo en la cadena ininterrumpida de testigos hebraicos del Código Real.
Códice Mazoreta Hebraico 132
Actualmente preservado en la Biblioteca Nacional de Paris, proviene del siglo décimo, y su última versión data del
siglo XVI. Específicamente en el año 1553, el papa Julio III, para mantener su simpatía y el apoyo de los tribunales
de la Inquisición, ordenó legalmente la prohibición de la tenencia y lectura de todo libro judío, especialmente del
Talmud.
Coincidiendo con el primer día del séptimo mes del anuario bíblico, conocido popularmente dentro del judaísmo
como Rosh HaShanah (Año Nuevo), Julio III decretó que los cristianos irrumpieran en todas las casas y sinagogas
judías y arrebataran de allí todos sus libros hebraicos y los llevaran a la plaza de Roma para ser quemados bajo la
dirección de uno de los tribunales de la Inquisición de la época.
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La ordenanza fue cumplida al pie de la letra y preciosa literatura judía fue destruida salvajemente ante la vista de
los prelados y autoridades eclesiásticas. Se encontraba para entonces en Roma un obispo católico, procedente de la
ciudad de Brie, Francia, de apellido DuTillet, que fue testigo de aquellos hechos.
DuTillet no podía comprender con su mente académica, cómo podía destruirse toda aquella riqueza literaria.
Cuando tuvo acceso a uno de los manuscritos que lanzarían al fuego, lo escondió de la mirada de los inquisidores y lo
trajo consigo a Francia. Se trataba nada menos que de una versión completa en hebreo, del libro de Mateo y que
descansa, como hemos dicho, en la Biblioteca Nacional de Paris.
El hecho de contar ahora con una versión hebraica de Mattityahu (Mateo) encontrada y salvada en aquellas
circunstancias, tiene implicaciones históricas y textuales muy profundas.
En relación con lo primero, nos preguntamos: ¿Por qué tenían los judíos en Roma un "evangelio" en idioma
hebreo en el siglo XVI juntamente con la Biblia Hebraica y con el Talmud y otros escritos? ¿Quiénes eran esos judíos
que habían preservado el texto hebraico de uno de los mazorot más importantes de todos?
En relación con lo segundo, investigamos: ¿Por qué muchos manuscritos griegos de los Evangelios, cuando están
en conflicto con el CMH 132 no lo están con la Septuaginta, mientras el CMH 132 siempre está en armonía con el
CTM y en contra de la LXX?
Por ejemplo, en Mateo 2:6, donde el Texto Receptus en griego, traduce "Belén De Judea", el CMH 132 tiene
"Belen Efrata", no "Judea". Cuando vamos a la LXX tiene Judea, pero cuando vamos al CTM, tiene Efrata. En otras
palabras, el Texto Receptus, de donde provienen, como ya hemos dicho, la inmensa mayoría de las versiones
hispanas del Nuevo Testamento, no entra en conflicto con la versión griega de la Biblia conocida como LXX, pero sí
contra la versión hebraica conocida como CTM; mientras que CMH 132, nunca entra en conflicto con la CTM, sino
con la versión griega Septuaginta.
¿Cómo podemos explicar estos conflictos textuales internos? La respuesta es que existe una línea ininterrumpida
de tradición hebraica detrás de los Evangelios que se mantiene en armonía con el texto hebraico y que demuestra,
históricamente, el trasfondo hebreo de nuestros Mazorot (Evangelios).
Esto se hace evidente cuando Mateo, por ejemplo (1:17), nos habla de tres grupos de catorce generaciones cada
uno formando la línea ininterrumpida de los ancestros del Rabí Yahoshua. Las variantes textuales griegas están
incompletas, las únicas que están completas, son las hebraicas.
¿Qué nos dice eso? Que las variantes textuales que llevaron finalmente a una corrupción del texto, comienzan a
darse a partir de las versiones griegas, no hebreas, y que si deseamos rectificar esto y encontrar la mejor versión
posible, debemos ir por el camino hebreo, no por el griego.
Código Real Textual Hebraico
Esta obra, que colocamos al alcance del lector iberoamericano, intenta exponer en castellano, la mejor versión
hebraica posible que se mantenga dentro de la línea no interrumpida de testigos hebraicos del, así, conocido
popularmente, Nuevo Testamento.
Le llamamos Código porque, a fin de interpretarlo correctamente, necesitamos tener el código de acceso a dicha
literatura judía, en su naturaleza altamente mística y cabalística, propia del judaísmo Apocalíptico de los profetas y
del Judaísmo del Segundo Templo.
Le llamamos Real porque proviene de la realeza de Israel, es decir, de la casa de David y del trono davídico,
que es el tema de todo el Código. Para un mejor entendimiento de dicho concepto, y por el bien de nuestros
hermanos no judíos, lo hemos traducido como Nuevo Testamento Textual Hebraico.
Estamos seguros de que los cristianos sacarán mucho provecho de esta obra pues tenemos la impresión de que
por primera vez tendrán un Nuevo Testamento en su propio idioma vernáculo, ubicado en su entorno natural.
Los judíos también recibirán mucho provecho de esta obra; por un lado, en aquellos aspectos litúrgicos y de
avodah típicos de una sinagoga que sigue el ciclo anual de lectura de la Torah; y por otro lado, la ocasión de tener
acceso a la vida y enseñanza de nuestro Rabí, como el Mashiaj Judío a quien le fue confiada una misión única: confirmar
el Pacto y las Promesas dadas a nuestros padres y; al mismo tiempo, abrir una puerta de salvación para los
gentiles a fin de que Israel cumpla su misión fundamental, anunciada desde los días de Moshé Rabeinu: Luz para los
gentiles y gloria de Ya'akov, con la mira de preparar a Israel y al mundo; para la redención final y la consumación de
todas las cosas dichas por nuestros profetas de verdad.
Características más notables
Las características más notables de nuestra versión incluyen los siguientes aspectos. Primero: El lenguaje.
Nos hemos esforzado por mantener un estilo literario que sea fiel al pensamiento hebraico, mishnáico y rabínico,
especialmente en aquellas expresiones idiomáticas que son claves en el entendimiento de las palabras de nuestro
Maestro.
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Hemos seguido entonces la línea de pensamiento que viene por el Códice Mazoreta Hebraico 132 y el Códice
Shem Tov.
También he consultado pacientemente la obra de Franz Delisch, desde la versión del 1877 hasta la revisada en
1970, que como sabemos, contiene una restauración hebraica de todo el Nuevo Testamento hecha por uno de los
gramatólogos semitas más importante de todos los tiempos, pero manteniendo siempre fidelidad al criterio textual,
que no lo podemos encontrar, definitivamente, en el Textus Receptus.
Teniendo a la mano las concordancias modernas de los textos rabinicos'by la riqueza vertida por los trabajo
extraordinarios del profesor David Flusser, Robert Lindsay y el resto del equipo que ha formado el Departamento de
Estudios Sinópticos de la Universidad Hebrea de Yerushaláyim, un trabajo como este habría sido tal vez imposible.
Estoy convencido que nuestros lectores iberoámericanos tendrán la oportunidad de encontrarse con un Nuevo
Testamento semítico en su lenguaje y en su pensamiento, similar al que habló nuestro Maestro en sus días; y esto, sin
duda, hace de nuestra versión una combinación de dos principios importantes: su fundamento hebraico y su
accesibilidad a la menta hispana.
La Estructura
Por amor a mis hermanos, la estructura de los capítulos y versículos sigue el orden establecido para el ciclo anual de
lectura de la Torah y los Profetas como es dado en
11 Sin la ayuda prestada por Mandelkern and Hatch-Redpath habría sido más dificil sin duda
el trabajo.
la sinagoga (Guevurot 13:13-ss). En este Primer Tomo, el lector podrá comparar fácilmente cada nombre y número
de las secciones de Moisés que son leídas actualmente en la sinagoga. Aunque en los tiempos de nuestro Maestro la
lectura anual de la Torah seguía el ciclo de tres años, actualmente, con la destrucción de Yerushaláyim y del Templo,
el ciclo anual es el más popular.
Para el lector que no está familiarizado con estos conceptos, debemos explicar que todos los libros de Moisés (el
Jumash o Pentateuco) están divididos en 54 secciones llamadas cada una "parashah". A1 concluir cada ciclo anual, se
tiene una fiesta de gozo llamada Simjat Torah, el Gozo de la Torah, es decir, el gozo sagrado de haber leído y
comentado toda la Torah en un año completo de estudios.
A fin de incluir las enseñanzas de nuestro Rebe en ese proceso, hemos dividido los cinco mazorot en 54
secciones, cada una de las cuales lleva el mismo nombre que las secciones de la Torah correspondiente al ciclo anual.
Esto permitirá que los dichos de nuestro Maestro sean estudiados con la misma intensidad y frecuencia y en la misma
relación natural que el resto de las Escrituras.
Además, cada sección está identificada por una letra hebrea hasta el número cinco, es decir, la alef (n ) la bet( iv
), la guimel (-i ), la dalet (o ) y la he¡ (t ), para indicar dónde comienza y termina cada sección de cada parashah. Así
como hay 7 lectores en los escritos de Moisés y un lector para los Profetas, hay cinco lectores asignados a las
enseñanzas de nuestro Maestro para cada Shabat. Cuando sumamos los siete lectores de la Torah, el lector de los
Profetas y los cinco del Código Real, tenemos en total 13 lectores para completar el ciclo anual de lectura de la
Torah, los Profetas y los Escritos.
Restauración Hebraica del Texto
Hemos establecido la restauración hebraica del texto para los que tienen acceso al hebreo y su traslite-ración al
castellano para los que aun no tienen acceso a la lengua sagrada. Esto permitirá oír de nuevo las palabras de nuestro
Maestro como fueron escuchadas por su propia audiencia en el primer siglo.
Notas y Comentarios
Las notas y comentarios tienen la intención de explicar el trasfondo hebraico de aquellas expresiones que debido a su
judeidad, pasarían desapercibidas por el lector no judío. Debido a que el Código Real es un colección de literatura
judía en su misma esencialidad, abrir esos tesoros hebraicos dará sin duda al lector una perspectiva del texto que seria
imposible sin dichas notas y comentarios. Al mismo tiempo, hemos sido cuidadosos de que dichas notas no sean muy
extensas, porque este no es un Comentario del Código Real, es el Código Real con notas y comentarios explicativos.
Orden de los Libros
van, del más simple y gramatical de todos, al más complejo y místico. Ese orden lo hemos preservado en nuestra
versión. De ahí que el primero es Meir (Marcos), sin duda el que fue escrito para memorizarlo en su nivel gramatical
básico. Su interpretación requiere del conocimiento de las 7 leyes de interpretación de Hilel.
Le sigue entonces Hilel (Lucas), con la presentación de un nivel mayor de entendimiento de los dichos del Rabí,
donde se destacan los valores histórico-simbólicos que tienen la intención de establecer las bases hermenéuticas de
sus enseñanzas para una comunidad judía típica del Primer Siglo, donde dos o tres líderes se encuentran para dirigir
los estudios de los dichos del Maestro a un nivel más profundo que el sentido literal y gramatical del texto. Para
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entender apropiadamente Lucas, es importante tener dominio no solamente de las leyes de Hilel sino también del rabí
Eliezer.
Por otro lado, Hilel (Lucas) es uno de los más hebraicos documentos del primer siglo que pudiéramos encontrar.
Esto ha sido reconocido incluso, por la Iglesia Católica. En uno de sus documentos oficiales declara:
"Es un hecho histórico que la infancia` como encontrada en el tercer Evangelio (1:5-2:52), establece, tanto en su
contenido, como en su lenguaje, una fuente de origen judío. Cuando leemos todo el pasaje, nos pareciera estar
leyendo un capítulo del Primer Libro de los Macabeos, esto es, lleno de costumbres, leyes y peculiaridades
introducidas sin explicación y todas repletas de ideas judías. El estilo y el lenguaje son tan semitas que el pasaje hay
que traducirlo al hebreo o al arameo, para que pueda ser apreciado con justicia." (Catholic Encyelopedia, 1914,
traducción del autor).
Luego Mattityahu (Mateo), cuyo nivel de escritura va más allá de un nivel gramatical simple, pues
constantemente nos muestra las alusiones mesiánicas y midráshicas de las enseñanzas de nuestro Rabí. Su
interpretación requiere del conocimiento de las 7 leyes de interpretación de Hilel, de las 13 del Rabí Ismael y de las
24 del rabí Eliezer.
A continuación nos encontramos con Yojanán (Juan), cuyo estilo literario se eleva a la categoría del misticismo
judío del primer siglo, típico de las enseñanzas de Yojanán ben Yojai, de donde provino el Zohar. Es importante
conocer las 42 leyes del Zohar para darle el entorno apropiado a los escritos de Yojanán.
Finalmente, en cuanto a los Mazorot, incluimos el Marot Elohim (Visiones de Elohim) que fue dado aYeshua
como diadema de gloria para trasmitirlo a las comunidades judías del primer siglo. El estilo literario es cabalístico
(recibido por revelación profética sumamente mística, al estilo de Ezequiel y Daniel) y se requiere de un dominio de
las 50 leyes místicas del judaísmo para comprender bien su entorno literario.
Es importante que toda persona que desee hacer un estudio de este quinto libro de los mazorot, esté bien
relacionado con las leyes judías de la profecía, preservadas por Maimónides, y con las 50 leyes de la revelación
profética y mística que ya hemos indicado.
Dos elementos han sido tenidos en cuenta aquí. Primero, en relación con los Mazorot (Evangelios) que responden a
un nivel de revelación típico del judaísmo. Estos niveles
11 Se refiere a la infancia de Yeshua.
Nombres Sagrados
Para ningún traductor es un secreto la dificultad teológica y litúrgica a la hora de traducir los nombres sagrados. Su
traducción al griego ha sido ambigua, pues no se puede saber a ciencia cierta de qué persona en realidad se está
hablando.
A fin de esclarecer lo mejor posible este hecho, hemos optado por traducir el Nombre Sagrado como "HaShem",
literalmente, "El Nombre", y también, en ocasiones, como "el Eterno". La diferencia de uso entre ambos es de
carácter personal, más que conceptual, porque en algunas ocasiones uno "suena mejor" que otro dentro de la sintaxis
castellana. Ambos, "HaShem" o "El Eterno", los usamos solamente para referirnos a las cuatro letras que componen
el Nombre del Eterno, el Nombre Inefable, el Nombre que es sobre todo nombre.
Por otro lado, las Escrituras en general y el Código Real en particular, usan muchas veces el término Elohim, y en
contadas ocasiones, Eloah, singular semítico para Elohim. En esta versión hemos puesto, después de mucho análisis y
estudio del tema, el término Elokim porque esta es la manera respetuosa que en Israel se enseña a los niños y niñas
cuando inician su estudio primario de la Torah (las Escrituras).
Dentro del judaísmo, cada vez que estamos leyendo 1a Torah en hebreo y nos encontramos con el Nombre
Inefable, compuesto de cuatro letras hebreas (Yud, He¡, Vav, He¡, traducidas normalmente como YHWH, o también
YHVH), en términos generales se pronuncia como Adon-ai o HaShem, dependiendo de la costumbre de la
comunidad.
Cuando decimos "HaShem" o "El Eterno", estamos confesando la trascendencia del Todopode-roso en tiempo y
espacio y, al mismo tiempo, Su soberanía y dominio en toda la creación.
A fin de proteger el Nombre Sagrado de ser pronunciado mal, ante las muchas variantes que existen, unas más
aproximadas al original que otras, hemos optado por traducir el significado del Nombre más que su sonido
gramatical, hasta que venga Mashiaj o e1 profeta Eliyahu HaNaví (Elías, el profeta) y nos aclare esto, según Sus
promesas.
Existe mucha evidencia que Yahoshua confesaba el Nombre Sagrado en su forma y entonamiento correctos y la
blasfemia de que le acusaron podría muy bien estar relacionada con esto, pues para entonces, solamente el Cohen
HaGadol (sumo sacerdote) sabía la correcta pronunciación del Nombre y lo hacía varias veces, solamente en el
Templo y una vez al año, en Yom Kipur (Día de Expiación).
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Si esto es así, sus talmidim (discípulos) conocían entonces la manera de pronunciar correctamente el Nombre,
pero hasta que tengamos más revelación sobre un tema tan único en su clase, debemos esperar antes de establecer la
forma que consideramos es la correcta de pronunciar.
Debido a la crisis de autoridad espiritual que experimentamos, pienso que ninguno de nosotros tiene suficiente
autoridad hebraica, cúltica, profética y espiritual para decir
a nuestra generación: "Esta es la manera correcta de pronunciar el Nombre Sagrado". Hasta hoy, lo mejor que
podemos hacer es, por un lado, evitar las pronunciaciones que evidentemente están muy lejos de ser las correctas, por
las evidencias gramaticales, fonéticas y arqueológicas con que contamos, así como por la torah shevealpé (enseñanza
oral); y por el otro, no exponernos a seleccionar la correcta entre las probables, para no encontrarnos luego con, que
hayamos escogido mal.
En todo caso, pienso yo, es sabio que esperemos por Mashiaj mismo o Su profeta Eliyahu cuando nos sea enviado
de nuevo, a que nos aclaren estas cosas. Es debido a estas consideraciones, que hemos preferido usar los equivalentes
"HaShem" o "El Eterno" cada vez que nos encontremos con el Nombre Inefable. Su presencia en caracteres hebraicos
ha sido mantenida, no obstante, en el texto hebreo para su apropiada identificación.
Es importante recordar al lector que el Nombre Inefable siempre está relacionado con la manifestación de la
divinidad por medio del atributo de gracia, amor y misericordia, casi siempre dentro de una analogía de pacto.
Por otro lado, he seleccionado la forma Elokim, como hemos dicho, para identificar el término bíblico Elohim o
Eloah cuando se refiere, directamente al Eterno, al Padre. Elohim, de ahora en adelante Elokim, siempre está
asociado al atributo de justicia, dominio, gobierno. Es la manera como percibimos al Eterno en la creación de las cosas
hechas. Es importante recordar que Elokim no es nombre propio de la Divinidad, sino un título para indicar una
persona en autoridad o dominio, ya sean celestiales o terrenales.
A fin de diferenciar los elohim que sirven al Eterno de las personalidades demoníacas (ídolos-adversariossatanás,
etc), las Escrituras usan la combinación "elohim ajerim" (dioses extraños o ajenos) para referirse a ellos.
Elohim entonces, es un título, y como tal, no tiene nada que ver con divinidad, sino con el cargo o posición de
"amo; dueño, gobernante, juez", etc. Elokim es el Juez Supremo y siempre lo usaremos como una referencia al
Eterno. Cuando este no sea el caso, usaremos Elohim y en el evento que se refiera a ídolos o personalidades
demoníacas, "elohim ajarim".
La mayoría de los traductores ha vertido Elokim, como "Dios", pero aquí hemos rectificado esa práctica, tanto de
traductores judíos como cristianos, por la connotación pagana asociada con el término castellano "Dios" y que no
expresa la riqueza textual de Elokim.
Sabido y conocido es, que el término "Dios" no es una traducción del hebreo "El" y sus derivados, y por tanto, no
procede de allí. ¿De dónde entonces? A decir verdad, "Dios", tanto en castellano como en inglés (God), tienen un
origen pagano. Del latín "Deus" y del griego "Theós", todos proceden de Zeus, relacionados con la adoración a esta
deidad griega. Dios-Zeus, fue conocido entre los romanos como Júpiter o en el caso de las lenguas teutónicas, como
Tiu (de ahí Tuesday en inglés, traducido Martes. en verdad. Día de Tiú, es decir. de Júpiter. de Zeus. de Dios").
Esta deidad fue conocida también como "Janus" (perpetuado en January -Eneroel dios de las dos caras) y "Diana", la
versión femenina de "Dios" (Zeus/Júpiter). Ha sido así cómo se ha introducido y camuflageado dentro del lenguaje
diario tanto de la comunidad judía, como de la cristiana.
Por esto decía que debido a esta connotación pagana asociada con el término castellano "Dios" no hemos
traducido tal concepto, para no perpetuar más el nombre de los demonios entre los kadoshim (los apartados para el
Eterno).
Orden de los Libros
En relación con el resto de los escritos del Código Real, donde las enseñanzas no vienen directamente de Yeshua,
sino a través de sus Emisarios, de acuerdo a como ellos fueron movidos por la presencia divina a responder a las
circunstancias específicas de las comunidades judías y no judías del primer siglo, la hemos subdividido en dos
secciones: la judía y la no judía, con un libro que sirve de transición entre ambos, Guevurot (Hechos). Si
comenzamos entonces con los Mazorot, tenemos entonces el siguiente orden:
Escritos a judíos:
Mazorot
Meir
Hilel
Mattityahu
Yojanán
Marot-YHWH
Responsas
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Hebreos
Ya'akov
Kefa Alef
Yojanán Alef
Yojanán Bet
Yojanán Guimel
Yehudá
Timoteo Alef
Timoteo Bet
Filetnón Guevurot
Escritos a Conversos
Gálatas
Romanos
Corintios Alcf
Corintios Bet
Efesios
Filipenses
Colosenses
1 Tesalonicenses 2 Tesalonicenses
Tito
Kefa Bet
Esta versión inédita que colocamos al servicio y para el bien de nuestra generación, reconoce lo dificil de hacer
una traducción que encuentre el equivalente exacto y preciso de términos y conceptos hebraicos en esencia, pero nos
hemos esforzado al máximo por realizar una traducción adaptada lo mejor posible a la mente hispana; teniendo en
cuenta las opiniones reconocidas de los grandes maestros de Israel y el entorno hebraico propio del Código Real.
Para ello, nos hemos auxiliado con la clásica y aceptada mundialmente nomenclatura de capítulos y versículos, lo
que no ocurre en los textos originales, para dar al lector una idea general de esa porción específica; y, además, con el
uso de ciertos pronombres y sustantivos, en itálicas para indicar que se usan, a fin de esclarecer el concepto hebraico
que se traduce, pero que no aparece, necesariamente, en el texto original.
Juntamente con estos recursos técnicos, hemos incluidos notas marginales que ayudarán al lector a tener una
comprensión apropiada de lo que se está leyendo, en su contexto hebreo, a fin de facilitar su estudio, entendimiento,
aplicación y futura profundización.
La versión que ponemos al alcance de nuestros amigos de habla castellana, tiene como intención suprema mostrar
la riqueza de un documento tan maravilloso como el Código Real, a la luz de su trasfondo hebreo, como herramienta
decisiva a la hora de comprender una colección de libros únicos en su clase, que con la ayuda de la Presencia Divina,
nos permitirá tener un mejor entendimiento y la posibilidad de una mejor aplicación personal y comunitaria, tanto de
las palabras del Mashiaj como de sus Emisarios. Gracias por adquirir el Nuevo Testamento Textual Hebraico.
Su Existencia Histórica
Aunque no es el tema central de esta obra, podría darse el caso de alguno que todavía cuestionase la existencia
histórica de Yeshua ben Yosef. Por supuesto, cuando tratamos de las figuras históricas, nuestra metodología, aunque
científicamente aceptable, usa herramientas diferentes a las otras ramas de la ciencia.
En el caso de la Historia, especialmente la antigua, son las evidencias históricas venidas de documentos cercanos
a esa época los considerados más valiosos y aceptables. Los testigos oculares no existen para testificar de la
existencia de Platón o Aristóteles. Pero nadie, con un juicio sano, dudaría hoy día de la existencia de esos filósofos.
¿Por qué? Por los testigos históricos que tenemos: sus documentos y lo que otros dijeron de ellos. De la misma
manera, ninguno de nosotros duda de la existencia histórica de Moisés. ¿Por qué? Por los testigos históricos que
tenemos y por la existencia misma del pueblo judío, aun cuando ninguno de nosotros se ha encontrado jamás con
un testigo ocular que conociera a Moisés personalmente. Tal tipo de testimonio no existe en la ciencia histórica.
Por lo tanto nos basamos en los testimonios de documentos y sujetos históricos que relatan aquellos hechos y sus
personajes principales.
Esa es la metodología científica que usa la Historia como disciplina científica.
Lo mismo es cierto al referirnos a Yeshua. Contrario a la opinión popular, Yeshua no fue el fundador del
cristianismo. Tal declaración es una contradicción. ¿Cómo podría el que dijo: "No he venido para abrogar, sino
para cumplir", ser el fundador de una religión diferente a la de Moisés y los profetas? La creación del cristianismo
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es un asunto posterior que tiene lugar varias generaciones después de Yeshua entre sus seguidores no judíos, como
la mejor manera que ellos entendieron debía aplicarse en suelo gentil el judaísmo de Yeshua y de sus emisarios. En
otras palabras, el cristianismo es judaísmo trasculturado para los no judíos. No tenemos evidencias históricas que ni
Yeshua ni sus discípulos originarios, todos los cuales fueran judíos, tuvieran la intención ni de separarse del
judaísmo, ni del Templo, ni de la fe de Israel, ni mucho menos de crear una religión diferente a la de sus padres.
Rav Shaul, con todo y haber sido designado para establecer la manera como debía aplicarse la fe hebrea entre
los gentiles, al final de su vida nos da un solemne testimonio: "No he hecho nada contra cl pueblo (judío) ni contra
las costumbres de nuestros padres" (Hechos 28:17).
Si Yeshua no existió, nadie podría explicar cómo una cantidad enorme de judíos estuvieron dispuestos a ser
perseguidos, maltratados e incluso asesinados por los minin (herejes) de su generación, por causa de su Nombre.
Demandarnos que creamos que todo el movimiento jasídico establecido por Yeshua, y que ganó la simpatía de
miles y decenas de miles de judíos en su generación, está fundamentado en un personaje que nunca existió, es una
aberración intelectual que solamente podría tener lugar en una mente absolutamente fuera de sí.
No obstante, el argumento previo es de carácter lógico más que histórico; por lo tanto, veamos algunos
testimonios históricos fuera de nuestros libros autoritativos, porque no podemos usar un argumento como
argumento. Así pues, miremos las evidencias externas, que demuestran, más allá de la duda razonable, la existencia
histórica de Yeshua.
1 Josefo
Historiador judío del primer siglo. En sus "Antigüedades", circa 90-95 de nuestra era, él menciona a Ya'akov
(Santiago) "el hermano de Yeshua (Jesús) conocido como el Mashiaj (Xristós-Cristo)". También escribió: "Existió
en esta época Yeshua (Jesús), un
Hombre sabio (ish jajám)... Porque era un hacedor de hechos maravillosos... aunque fue muerto, se apareció a ellos
(sus discípulos) al tercer día, vivo, tal como los profetas habían predicho estas y otras diez mil cosas maravillosas
referente a él". Por supuesto, no faltarán los que digan que tal referencia histórica es demasiado evidente y la considerarán
una interpolación, pero eruditos lingüistas han demostrado su legitimidad. Por otro lado, tenemos hoy día
una versión arábiga de dicho documento, la cual fue primeramente traducida en 1972 por el período
norteamericano New York Times. La traducción hecha vierte la referencia previa de la siguiente manera:
"En esta época hubo un hombre sabio llamado Jesús. Y su conducta era buena y fue conocido como virtuoso.
Y mucha gente entre los judíos y otras naciones llegaron a ser sus discípulos. Pilato lo condenó a morir crucificado.
Y aquellos que habían llegado a ser sus discípulos no abandonaron su discipulado. Ellos informaron que él se les
apareció tres días después de su crucifixión y que estaba vivo; en consecuencia, tal vez era el Mashiaj referente al
cual los profetas han relatado maravillas".
2 Thallus (circa 50)
F.F. Bruce ("Christian Origins", pgs, 29, 30) nos recuerda que hay una historia del Mediterráneo oriental escrita por
un historiador llamado Thallus, cerca del año 52 de nuestra era. Bruce muestra en otro libro (The New Testament
Documents" pg. 113) que un erudito llamado Julio Africano, citó a Thallus, mofándose de la descripción que éste
hace de las tinieblas que se produjeron durante la crucifixión de Yeshua, atribuyéndolas a un eclipse de sol. Esto
sugiere que Thallus escribió un relato de la crucifixión de Jesús, 1a cual ocurrió algunos años antes de que él
escribiera su historia, en el año 52 de nuestra era.
3 Cornelio Tácito (circa 110)
Historiador romano que vivió al comienzo del siglo II, menciona a Yeshua. En sus Anales (Annals) dice: "Una
clase odiada por sus abominaciones, llamados cristianos por el populacho. Christus, de quien se originó el nombre,
sufrió la pena capital durante el reinado de Tiberio, por sentencia de uno de nuestros procuradores, Poncio
Pilatos".
Sabemos que el emperador Tiberio ocupó la silla imperial entre los años 14-37 de nuestra era, durante cuyo
período Yeshua fue colgado en el madero. En esta misma obra afirma que aunque las ideas "cristianas" estaban en
Roma, el movimiento empezó en Judea.
4 Gaio Suetonio (circa 120)
Otro historiador romano, quien ejerció su función en los días del emperador Trajano, hablando del tiempo de
Claudio nos dejó el siguiente testimonio: "Debido a que los judíos en Roma constantemente causaban disturbios
por instigación de Cresto, él [Claudio] los expulsó de la ciudad". ¿Quién fue este "Cresto°" sobre el cual hubo serias
polémicas en Roma entre la comunidad judía al punto que fue usada por el emperador como una excusa para expulsar
a los judíos de Roma? El autor Harris (GosPS, 354, 356) explica que para los latinos, la forma griega "Xristós" no
tenía el significado que tiene hoy día, más bien sonaba a sus oídos como un "repellador" o "artista plástico", es decir
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alguien dedicado a la construcción de edificios, estatuas o algo parecido. Para evitar que se tuviera una idea
equivocada, algunos usaban la forma Crestus, cuyo significado en latín es "útil" para que todos pudieran entender
mejor de quién se hablaba. Tal observación coincide con el historiador Lactantius, quien en el siglo IV afirmó que
Yeshua fue comúnmente conocido como "Crestus" por los ciudadanos romanos ignorantes.
5 Plinio, el joven (circa 110)
Fue un oficial del gobierno romano conocido por sus famosas "Cartas", en una de la cuales, dirigida al emperador de
turno, menciona detalladamente la existencia de un grupo de personas muy activas llamadas cristianas en los últimos
años del primer siglo. Describiendo la manera cómo efectuaban sus oficios religiosos, comentó: "Tenían la costumbre
de reunirse en un cierto día fijo antes del amanecer, cantando a Cristo”.
6 Luciano de Samosata (circa 180)
Escritor griego del siglo lI. Critica a los creyentes de origen gentil, conocidos por los romanos como "cristianos",
porque "hasta este día, adoran a un hombre que fue crucificado" ("Las Obras de Luciano", Vol. 4, traducción de
Fowler y Fowler). Aun cuando tal evidencia histórica tiene implicaciones teológicas importantes, lo que nos interesa
es su testimonio en relación con la existencia de un hombre que fue crucificado y que los cristianos, hasta sus días, lo
reconocían como una figura histórica, independientemente de la interpretación teológica que hicieran de su persona.
7 El Talmud (circa 200-500)
Como sabemos, un documento legal judío -en el tratado Sanedrín, folio 43% la versión antigua, porque en las
postreras, debido a la fuerte evidencia, los editores removieron esta sección-, se refiere a la muerte de Yeshua, quien
es mencionado con el calificativo de Yeshu. Esto es lo que afirma: "En la víspera de la pascua Yeshu (Yeshua) fue
colgado. Durante 40 días antes de que se realizara la ejecu-ción, un heraldo proclamó: `Él va a ser apedreado porque
ha practicado la brujería y ha incitado a Israel a que apostatara. Cualquiera que pueda decir algo a su favor, que pase
adelante en su defensa'. Pero en vista de que nada se presentó en su favor, fue colgado en la víspera de la pascua".
Estas evidencias previas tienen mayor peso que las que existen en relación con otros personajes históricos del
mismo período. ¿Por qué otros no son cuestionados mientras que a Yeshua se le cuestiona? La tendenciosidad
histórica aquí es evidente. En todo caso, el que tiene ojos para ver, verá; y el que tiene oídos para oír, oirá.
Su Legado
La vida de nuestro Rábi, Yeshua ben Yosef, declarado por HaShem, Adón y Mashiaj, no tuvo lugar en una ampolleta
de laboratorio, ni en una cápsula extraterrestre, sino en condiciones históricas específicas. Si no conocemos bien esas
condiciones históricas, que incluyen los elementos religiosos, políticos, sociales, culturales, económicos y espirituales
que formaron esas condiciones, nos resultará muy dificil entender su vida, sus dichos y su legado. Yeshua fue un
Tzadik, un varón piadoso, un hijo de Israel que por medio de la disciplina personal, su absoluta obediencia a
HaShem, a la Torah y a la herencia de los profetas, subyugó completa y totalmente su vida, sus emociones, sus
aspiraciones personales y sus sentimientos, cualesquiera que fueran, al servicio de la misión que el Eterno le
encomendó: la redención de Israel y del mundo.
Está escrito en nuestros libros: "Por lo que sufrió aprendió la obediencia y habiendo sido perfeccionado, vino a
ser el padre de la redención final para todos los que le obedecen; y fue declarado por Elokim: cohen hagadol según la
orden de Malquizedek". (Ivrit 5:8-10)
Yeshua no nació obediente, aprendió la obediencia. Nadie nace obediente. Solamente una computadora es
construida para obedecer. El hombre fue hecho libre, con la posibilidad de decidir obedecer o desobedecer. Por eso
está escrito en nuestros libros autoritativos: "Por cuanto los hijos fueron hombres, es decir, de carne y sangre, él
también fue engendrado hombre, de carne y sangre... por esto debió ser hecho en todo, semejante a sus hermanos,
para poder ser constituido en fiel y misericordioso cohen Hagadol de los bienes venideros, en lo que a Elokim se
refiere" (Ivrit 2:14-17).
Observa que dice: "En todo", no en una parte sí y en otra no, en todo. No con apariencia de hombre, hombre en
todo. No un espíritu, porque el espíritu no tiene carne ni hueso, y el Mashiaj es de carne y hueso, como tú y como yo.
Esta es la única manera que nos puede ser útil, de lo contrario estaría fuera completamente de nuestro alcance.
¿Cómo podríamos ser llamados a seguir sus huellas, si él no fue, en todas las cosas, un ser humano semejante a
sus hermanos? Solamente siendo hombre en todo, nos sirve de ejemplo. Lo demás sería un teatro, una utopía, un
cuento típico de los filósofos griegos adornado con los toques teológicos de los maestros helenistas que vinieron
después.
Pero un tzadik no es simplemente una persona piadosa, es mucho más que eso. La piedad es uno de los adornos
del Tzadik; pero solamente uno, el Tzadik tiene ocho cualidades personales y muy pocos la han alcanzado, solamente
nuestro Rebe las alcanzó todas.
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Moshé, aunque fue un tzadik, no alcanzó las ocho cualidades de que debe adornar la vida de un tzadik. Ninguno
de los tzadiquim ni antes ni después de Yeshua han alcanzado el nivel de perfección que alcanzó nuestro Rábi y que
fue la razón por la cual Hashem le declaró Adón y Mashiaj, como está escrito en nuestros libros.
¿Cuál fue una de las misiones de Yeshua? Crear una generación de tzadiquim en Israel que pudiesen llevar
adelante su misión en aras de la redención final. La redención final no solamente de Israel, sino del mundo. Yeshua
no vino a establecer una Halajah específica. ¿Por qué? Porque ya existía. Él no vino a inventar el agua tibia, sino a
limpiar el agua que ya teníamos desde Avraham Avinu, Moshé, los ancianos, los profetas y los jueces de la Gran
Asamblea establecida por Ezra. ¿A qué vino entonces? ¿Para qué nació? ¿Para qué nos fue enviado? Una de las
causas: la creación de una generación de tzadiquim que pudieran colaborar con él en su gran misión: la redención
final de Israel y del mundo.
Para entender esto, debemos comprender su tiempo, sus circunstancias, su época, su realidad histórica. Él no
habló al aire, sino a personas de carne y hueso. Él no habló en una cápsula cibernética, sino en un tiempo, lugar y
circunstancias específicas.
Solamente conociendo lo mejor posible esa realidad, ese entorno suyo, sus palabras cobran vida para nosotros y
nos permiten tomarle el pulso, palpar su sustancia, a fin de estar en condiciones apropiadas de aplicarlas
correctamente en nuestras circunstancias actuales y en aras de su misión: la redención final. Pero alguno dirá: ¿Quién
es un Tzadik? La palabra "tzadik", viene de una raíz hebrea relacionada con "justicia", con lo que es "justo", el
camino correcto delante de HaShem. Por analogía, Tzedek nos lleva a Tzadik, que significa "piadoso"; y, por
extensión, un Tzadik es una figura rodeada de sefirot, de habilidades maravillosas dadas por HaShem pero
desarrolladas por el individuo, que lo transforman en una persona de un nivel espiritual asombroso. ¿Para qué existen
los tzadiquim? Porque la mayoría del pueblo no tiene ni los recursos ni las habilidades espirituales de ser libres de las
ataduras creadas por el yétzer hará, y por lo tanto, corren el peligro de quedar atrapadas siempre en la mediocridad de
una vida que es gastada sin desarrollar su potencial espiritual. El Tzadik provee a su generación una avodah única:
servir de intercesor, servir de guía, de luz, de modelo, entre HaShem y los hombres, de tal manera que pueda elevar a
su generación a un punto donde luego pueda ella continuar sin impedimentos, el servicio que el Eterno les demanda.
En el caso del Mashiaj, no solamente sería un intercesor, pero mucho más: un intermediario. Como la Torah fue dada
por medio de Moshé, constituyéndose en el mediador del primer pacto, Mashiaj es el intermediario de la renovación
del pacto para causar que las mejores promesas contenidas en la alianza original, pudieran finalmente alcanzar a los
herederos de la vida. Un Tzadik se mueve por encima de la Halajah. No la destruye, no la pisotea, pero su nivel
espiritual es tan alto que no hay Halajah que pueda establecer los límites de su conducta. ¿Qué es la Halajah? La
manera como debemos vivir como judíos, tanto en la vida privada, como familiar, como comunitaria, teniendo como
punto de referencia la Torah y la manera como debe ser aplicada la Torah en cada generación y en cada circunstancia
específica. En un sentido práctico, la Halajah nos ayuda y orienta en cómo establecer cierto tipo de acción en cierto
tipo de lugar y estado, nos informa y orienta en cuándo debemos orar, qué debemos orar, cómo debemos orar.
La Halajah establece qué debemos comer, qué no debemos comer, cuándo podemos comerlo, cómo debemos
preparar esos alimentos, qué bendiciones debemos decir aquí y qué bendiciones acá.
Esto es en sentido general, la sustancia y razón de ser de la Halajah. Pero un Tzadik desarrolla un nivel espiritual
tan alto que se mueve por encima de la Halajah, no destruyéndola, sino escalando niveles de grandeza espiritual para
lo cual la Halajah no tiene nada que decirle. Dice Rav Shaul: "Las sefirot de la Rúaj son: amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, templanza... en relación con estas cosas, no hay halajah".
Esto no significa que un tzadik no guarde las leyes de Kashrut, pero significa que él tiene una comida que comer
que nosotros no tenemos idea. "Rabí, come. Yo tengo una comida que comer que vosotros no sabéis. Mi comida es
que haga la voluntad de mi Padre que está en los cielos y que acabe su obra. Trabajad, no por la comida que perece,
sino por la comida que a vida eterna permanece".
Yeshua vino a formar una generación de tzadiquim, y éstos fueron educados y entrenados por él mismo para
venir a ser jajamin de la más alta estatura espiritual posible. Yeshua cultivó en ellos su propia imagen, se reprodujo
en ellos y el resultado fue la creación de un movimiento jasídico dentro del judaísmo, formado originalmente por
judíos que llevaban en sus almas la imagen del Rábi, desarrollando los sefirot del Maestro, en justicia y piedad.
La sobrevivencia del judaísmo es imposible sin el jasidismo. El jasidismo es el alma del judaísmo, su espíritu, su
corazón interior y sus alas. En los días de cuando vivió nuestro Rábi, el judaísmo atravesaba una de las crisis más
grandes de todos los tiempos.
Israel era un país invadido y ocupado por fuerzas extranjeras. Yerushaláyim estaba bajo el dominio de los goyim.
El Templo se había convertido en una cueva de ladrones y asaltadores espirituales.
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Falsos libertadores se habían levantado aquí y allá haciéndose pasar por alguien, habían reunido alrededor de sí a
muchos judíos, pero luego que sus caudillos fueron eliminados por Roma, el movimiento fue reducido a la nada. Los
impuestos fiscales que habían sido establecidos por Roma y los añadidos por los cobradores de impuestos, habían
causado el empobrecimiento de la población judía más allá de lo que pudiéramos imaginar. Miles de judíos habían
muerto una generación previa y Roma no toleraría nada que se asemejara a una revuelta popular.
Israel, que debía ser una familia que viviera unida, en comunidad, ahora estaba dividida en clases; y los líderes,
lejos de establecer medidas justas y ordenanzas justas, la mayoría de las veces y con raras excepciones, estaban del
lado de los opresores, haciendo más pesada la carga sobre los hombros del pueblo. Debido a esto, en sentido general,
los rabinos no gozaban del respeto ni de la admiración del pueblo; todo lo contrario, eran vistos como parte del
problema, no de la solución.
Estaban envueltos en movimientos políticos, y cada cual buscaba los mejores puestos, las más altas posiciones y
los lugares de prominencia. La crisis en el liderazgo fue muy fuerte y el descrédito del rabinato y el sacerdocio no se
hizo esperar entre las masas, entre el judío sencillo, que era abusado y explotado como nunca antes se había visto en
Israel.
El énfasis de los maestros era en el estudio de la Halajah, a un nivel, que dejaba al pueblo judío sin alma, sin
espíritu, sin consolación. Los que eran vistos como sabios y entendidos, miraban por encima del hombro al judío de
la tierra y lo consideraban de baja categoría.
En medio de esas circunstancias se levantaron maestros que afirmaban tener el dominio del Nombre Sagrado y se
vanagloriaban de usar diferentes combinaciones del Nombre Sagrado para hacer milagros, exorcizar y repartir
amuletos y protecciones espirituales sobre el pueblo.
Eran llamados Ba'laei Shem, "dueños del Nombre", es decir, que tenían el control absoluto del Nombre Sagrado y
podían hacer cuanto querían usándolo a su propia discreción. Estos Ba'laei Shem estaban dispuestos incluso a pagar
cualquier suma de dinero para obtener poderes espirituales con los cuales hacerse pasar por alguien y engañar al
pueblo judío. Eran conocidos como exorcistas ambulantes y habían introducido artes mágicas y hechicerías paganas
en sus prácticas, mezclando con ellas el uso del Nombre Sagrado.
Yeshua tuvo que enfrentar a esa generación. Una de sus tareas fue enseñar a sus talmidim el uso del buen
Nombre, para rectificar la perversión a que habían expuesto aquellos falsos líderes que se hacían pasar por "dueños
del Nombre". En su tefilah, nuestro Rábi decía: "Les he revelado Tu Nombre a los que me diste, tuyos eran y me los
diste y han guardado tu Torah". Ante los Ba'lei Shem, Yeshua opuso Ba'lei Shem Tov, "maestros del Buen Nombre",
es decir, frente a los maestros del Nombre, o sea, los magos y falsos cabalistas que habían corrompido el alma del
judaísmo, Yeshua levantó una generación de tzadikim que tuvieron como una de sus metas la restitución del Nombre
Sagrado a su lugar propio para que ya no se continuara pervirtiendo el uso del Nombre. Yeshua vivía enseñando el
alma de la Torah a los hijos de Israel que tenían hambre y sed de HaShem en sus corazones. "El que tiene sed, venga
a mi y beba, el que obedece mis enseñanzas, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva".
Debido a su compasión por el pueblo, HaShem lo invistió con la sefiráh de la sanidad "para sanar a los hijos de
Israel, para predicar las buenas promesas dadas por los profetas, para vendar a los quebrantados de corazón y publicar
libertad a los cautivos del yetzer hará".
Yeshua, como todo tzadik, ocultaba sus más ricas enseñanzas de aquellos que no tenían su corazón en la
redención de Israel ni en el Reino prometido a David, pero a sus talmidim, privadamente, les revelaba los secretos del
Reino y de la redención detrás de sus maravillosas parábolas y extraordinarios midrashim.
Yeshua no vino a producir gigantes intelectuales para que se dedicaran a las discusiones filosóficas enfocadas en
las relaciones exponenciales por relevo del pensa
miento casuístico usando como me-todología el pilpul, típica de los talmudistas. Él sabía que este tipo de
intelectualismo, aunque tiene su lugar, su espacio y su tiempo, no dejaba espacio en el alma para la espiritualidad,
mas bien la dejaba seca y vacía, desprovista de vida y de alegría.
Constantemente sembraba en el corazón de sus talmidim, la prioridad del espíritu sobre el intelecto, la prioridad
de la vida sobre la muerte, la prioridad del gozo de la redención, por encima de las discusiones halájicas. En otras
palabras, que una vida sencilla, pero devota a HaShem, una vida llena de la Rúaj HaKodesh, es mil veces mejor que
la meta de aquellos que con su erudición e intelectualismo, cortaban las alas del alma judía y la encarcelaban en
discusiones sin fin y sin sentido práctico.
Muchas veces le oímos exclamar: "Te alabo, Padre, Mélej hashamayim ve Mélej haolam, porque escondiste estas
cosas de los sabios y entendidos y las revelaste a los niños, sí Padre, porque así te agradó". "Un niño" es un alma
judía sencilla, que depende del Padre, que reconoce que su vida está constantemente bajo el escrutinio y cuidado de
Su Padre y que busca por intuición los brazos de Su Padre. Ser niño en este sentido, era preferible a la intelectualidad
sin vida de los líderes de su generación que habían privado al pueblo de la grandeza de la fe y la espiritualidad del
judaísmo de los profetas.
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Yeshua constantemente se preocupó por inculcar en aquella generación de tzadiquim que se dispuso formar, el
principio de la presencia de HaShem aun en el movimiento de la hoja de un árbol, hasta en la muerte de un gorrión:
"¿No se venden cinco gorriones por un cuarto? Pues ni uno de ellos cae a tierra sin el permiso de vuestro Padre". Para
Yeshua, la vida es más que el alimento, el cuerpo que nos ha sido dado para hacer la voluntad de HaShem, es de
mayor importancia que el vestido que le ponemos encima. El que alimenta a las aves, que no siembran ni siegan, ¿no
se encargará de alimentarnos a nosotros cuando estamos dedicados a hacer Su voluntad?: "Mirad los lirios del campo,
cómo crecen, sin trabajar ni dedicarse a hacer vestidos lujosos, y ni siquiera Mélej Shlomo, con toda su opulencia, se
vistió jamás como uno de ellos. Y si a la hierba del campo, HaShem la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros,
hombres de poca fe?".
Lo más importante entonces para uno que anhela ser un tzadik no es poner primero la alimentación, el vestido o
la bebida. ¿Qué es lo prioritario para un tzadik? Hacer la voluntad de HaShem y dedicarse por entero a la causa de Su
Reino. En otras palabras, para Yeshua, mientras usted diga: Cuando tenga la alimentación asegurada, entonces
procuraré ser un tzadik... nunca será un tzadik. Mientras digas "Cuando tenga asegurado mi vestido, mi bebida y mis
cosas materiales, entonces le diré a mi alma: Bien, alma mía, ahora dedícate a ser un tzadik, nunca será un tzadik".
Dice Yeshua: no es así que trabaja el jasidismo. Si quieres ser un tzadik, busca primero el Malujut HaShem y
todo lo demás te será dado por añadidura. Yeshua vio a HaShem detrás de los gorriones, detrás de las hojas de los
árboles, en los lirios del campo, en las aves de los cielos. En otras palabras, un tzadik es el que ve a HaShem detrás de
cada cosa creada y es capaz de trascender esas cosas creadas y exaltar la gloria y el honor del Eterno que está detrás
de la creación.
Ycshua enseñó que la Shejináh, la Divina Presencia, podía descansar sobre todo judío que tuviera sed por
HaShem y sobre toda persona, judía o no judía, que sometiera su voluntad a los designios del Eterno para amarle,
servirle y obedecerle con todo el corazón, con toda el alma, y con todos los bienes materiales.
En otras palabras, que la Rúaj HaKodesh estaría accesible para todo Israel si ponía en práctica sus enseñanzas y
echaba mano a los secretos que él nos revela. Debido a esto, la vida de un jasídico tiene que estar marcada por el gozo
de la redención, por el gozo de la Presencia Divina en su vida, por el gozo de saber que nuestro nombre ha sido
escrito en el libro de la vida eterna. "Rábi, hasta los demonios se nos sujetan en tu autoridad". ¿Qué les respondió el
Rábi? El dijo: "No os alegréis de esto, sino gozaos porque vuestros nombres han sido inscritos en el libro de la vida".
Decía el Rábi: "Nadie os quitará vuestro gozo". "Este es el secreto de la vida eterna, que tengan una relación íntima
contigo". Por lo tanto, los jasidim de Yeshua tienen que vivir siempre con gozo, con danzas, con alegría de corazón,
sabiendo que nuestros nombres están inscritos en el sefer Haim y que no serán borrados de allí, según sus promesas:
"Y no borraré sus nombres del libro de la vida".
Para Yeshua, adorar a HaShem con caras largas, con un espíritu enlutado, como uno que ha sido devastado por
golpes, no es la manera apropiada. Debemos acercarnos a Hashem con gozo, confiadamente, convencidos en perfecta
fe de que somos llamados a experimentar una relación íntima con él, que somos sus hijos y él es nuestro Padre. Así lo
entendieron los tzadiquim rishonim, los primeros tzadiquim. En nuestros libros autoritativos está escrito: "Acercaos
pues, confiadamente al trono de la gracia para encontrar gracia para el oportuno socorro". Y también está escrito:
"Regocijaos en HaShem, otra vez digo, ¡regocijaos!"
Este es uno de los legados más profundos y maravillosos que nos ha dejado nuestro Rábi. Y debemos tomarlo con
nosotros para que otros no sigan usurpando su honra. A nuestro Rábi lo acusaron de "comedor y bebedor de vino".
¿Por qué? Porque cuando comía, se gozaba comiendo. Cuando bebía se gozaba bebiendo. ¿Era su gozo por la
comida? ¿Era su gozo por la bebida? Absolutamente no. ¿Por qué era su gozo? Porque veía en la comida que comía y
en el vino que bebía la fidelidad de HaShem: Vuestro Padre sabe que de todas estas cosas tenéis necesidad antes que
vosotros le pidáis. Yeshua no predicó una falsa piedad, un falso ascetismo. Él nos mostró la responsabilidad de estar
con el pueblo, de compartir con el pueblo, de andar con ellos y vivir entre ellos. Yeshua no vivió escondido en una
cueva, no se retiró del mundo, todo lo contrario, vivía siempre entre los suyos. ¿De qué lo acusaron? "Este a los
pecadores recibe y con ellos come". "Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos". En otras palabras,
yo he venido para levantar una generación de médicos, una generación de tzadiquim que traigan sanidad y
consolación y esperanza a nuestro pueblo.
Dejarlo todo y seguirle, no fue un llamado al pueblo, sino a los que anhelaban ser educados y entrenados por él
para servir de líderes de Israel en los dificiles días del exilio que vendrían. Sin embargo, a esos que dejaban todo para
seguirle, les hizo una gran promesa: "No habrá ninguno de ustedes que haya dejado casas, tierras, esposa, hermanos y
hermanas por mi causa, que no reciba cien veces más en esta edad presente, y en la por venir, la vida eterna".
De manera que su concepto de la entrega, de la auto negación, de la voluntad de servicio a Israel no puede ser
ubicada dentro de los conceptos ascéticos de los que se apartan del mundo, sino de los que se apartan de las
vanidades del mundo para servir al mundo. "No te ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal".
Yeshua no vino a formar una generación de tzadiquim escondidos en mausoleos, ni guarecidos en conventos, sino
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jasidim entregados al servicio de Israel, al servicio de la humanidad; con el pueblo, con los hombres y mujeres de esta
edad presente para atraerlos a HaShem, a la Torah, a la vida eterna. Para Yeshua, ningún judío se encuentra tan
alejado de HaShem ni de la Torah que ya no podría nunca más volver a casa. Todo lo contrario, aun cuando haya
descendido a su nivel más bajo, entre los puercos y su comida, siempre existirá la posibilidad de que "vuelva en sí" y
regrese a casa. Esto inculcó en el alma de sus talmidim. No habrá un solo judío que se pierda, excepto el hijo de
perdición, para que la Escritura se cumpla. Para Yeshua, la oración sincera, que proviene de lo profundo del alma, es
más importante que la oración aprendida de memoria y recitada sin espíritu y sin vida.
Para Yeshua la oración rutinaria no eleva el alma, pero la oración que brota del corazón, aun cuando no tenga la
riqueza gramatical ni las expresiones formales establecidas por los grandes intelectuales, se hace meritoria de la
Presencia Divina. Esto no significa que él esté en contra de la oración litúrgica, porque de hecho, él mismo estableció
un orden preciso que está luego presente en la Amidah, pero significa que todo eso no tiene como fin reemplazar tus
propios sentimientos ni tus propias palabras, sino más bien estimularlas y hacerlas despegar.
Para Yeshua, la oración tiene que llevarnos a una experiencia de unión íntima con HaShem donde el alma siente
el fuego de Su presencia y se goza en Su salvación. Si la oración que hacemos no nos eleva el alma Al Padre, algo
anda mal en nosotros. Yeshua propuso a sus talmidim un tipo de oración que no estaba sujeta a las regulaciones y
formalidades impuestas por la jalajah de sus días, sino que, partiendo de ella, tenia la capacidad de elevarse por
encima de ella y acercarse al trono del Altísimo. Es cierto que debemos orar tres veces al día, pero el espíritu de la
oración debe estar con nosotros todo el tiempo. Sus talmidim decían en su nombre: "Orad constantemente".
Yeshua veía la recitación mecánica de la liturgia sofisticada como una grave enfermedad que encerraba el alma
judía y le impedía alzar su vuelo al Padre. "No uséis vanas repeticiones, como los goyim, que piensan que por su
palabrería serán oídos". Cuidado, él no dijo: "No uséis vanas repeticiones, como los judíos, que piensan que por su
palabrería serán oídos". Dijo: "Como los gentiles". El principio que está discutiendo Yeshua aquí no es otro que la
repetición mecánica y rutinaria de la oración, venga de donde venga; peor, si es incorporada a la liturgia de una
fuente no judía. Yeshua entregó también a sus talmidim un legado mesiánico: "Y esta Mazoret del Maljut'1 tendrá que
ser proclamada por los yehudim49 en toda la tierra habitada, como una declaración solemne a todos los gentiles, y
entonces vendrá el fin de esta edad presente".
En otras palabras, el fin de esta edad presente y el comienzo de la redención final, estará íntimamente ligada a
nuestra responsabilidad de dar a conocer sus enseñanzas a todas las naciones. Dicho en forma simple: Si no
enseñamos las leyes del Reino a los gentiles para que se conviertan de sus ídolos al Elokim de Israel y vivan según
las normas que HaShem ha establecido para ellos, no estaremos aptos para experimentar la redención final.
Yeshua implantó en sus tzadiquim el amor incondicional por cada judío. "Un nuevo mandamiento os doy: que os
améis unos a otros como yo os he amado. En esto conocerán todos que sois mis talmidim, si tuviereis amor los unos
por los otros". Israel no es una denominación, no es una religión, es una familia; y por tanto, todo tipo de
discriminación está prohibida. Debemos esforzarnos por hacer de cada comunidad judía, en particular, y de Israel en
general, una hermandad absoluta basada en el amor, el respeto mutuo y la entrega y servicio abnegado los unos por
los otros.
Esta fue la primera generación de tzadiquim que conoció Israel, los talmidim originarios de Yeshua. Y está
escrito en nuestros libros autoritativos que todos ellos perseveraban en la enseñanza de la Torah venida de los labios
de los tzadiquim, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y todos los judíos que
iban siendo ganados para el movimiento jasídico establecido por Yeshua como modelo para todo Israel, estaban
juntos y tenían en común todas las cosas e incluso vendían sus propiedades y sus bienes y lo repartían entre todos
según la necesidad de cada uno. Y perseveraban en las reuniones públicas del Bet Hamikdash y santificaban Shabat
invitándose unos a otros en sus casas y comían juntos con alegría y sencillez de corazón.
Vivían alabando a HaShem y tenían el favor de todo el pueblo judío, es decir, se transformaron en una comunidad
modelo, en una sinagoga modelo, digna de imitar por todos los judíos. ¿Significa que no tuvieron oposición? Por
supuesto que sí, y mucha. ¿De parte de quién? De parte de las autoridades corruptas de aquella generación, los que
veían el movimiento de Yeshua como una amenaza a su autoridad y dominio sobre las comunidades judías.
Los mini:n de aquella generación, los herejes saduceos y algunos grupos de fariseos extremistas, los falsos cohanim y
la guardia del Templo vendida a Roma, se enfrentaron a los tzadiquim de Yeshua y los intimidaban; y usando del
poder que Roma les daba, los entregaban a la cárcel de los hijos de Esav (Esaú) y azotaban públicamente a los
jasidim de Yeshua con tal de hacerlos desistir de sus enseñanzas.
°" La proclamación oral de lo que fue anunciado por los profetas y que ha pasado de generación a
generación en relación con la promesa del Maljut, del Reino de los Cielos.
°9 Que serán los judíos los responsables de cumplir con esta misión a las naciones es evidente de
las palabras que luego dirá nuestro Maestro a su talmid Yojanán, como está documentado en
Revelaciones 7:4; 10:10 y 14:6,7.
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Pero mientras más los perseguían, más se multiplicaban; y en medio de las amenazas y acusaciones más
perversas, HaShem les respaldaba, extendiendo su mano y autorizando que con todo denuedo siguieran enseñado la
Torah y permitiendo que ocurrieran grandes milagros y señales y sanidades prodigiosas mediante los méritos
ofrecidos por nuestro Justo Mashiaj.
De una forma nunca antes vista en Israel, todos los judíos sencillos que eran instruidos acerca de Yeshua, fueron
atraídos irresistiblemente hacia él y se unían a su movimiento, el movimiento jasídico más grande jamás conocido en
nuestro pueblo.
¿Qué pasó con este movimiento jasídico original? ¿Dónde están todos aquellos judíos que creyeron en el
testimonio que Hashem dio acerca de Yeshua, que aceptaron sus enseñanzas y por ellas vivían? ¿Dónde están
aquellos jasidim de nuestro Rábi? Con la destrucción de Yerushaláyim y del Templo y el inicio del último exilio, al
exilio también se fueron. Los líderes originales fueron perseguidos sin misericordia, algunos muertos, otros
encarcelados; y los más, se fueron a las naciones, visitando las comunidades judías e implantando en ellos la semilla
del jasidismo y la esperanza de la redención final.
Murieron como desconocidos, ignorados, sin conocer su paradero final. Exactamente como sucedió con los
profetas. En nuestros libros autoritativos está escrito: "...otros fueron atormentados, experimentaron vituperios,
azotes, prisiones y cárceles, fueron apedreados, cortados por la mitad, muertos a filo de espada, anduvieron de acá
para allá, camuflados de pieles de ovejas y de cabras; pobres, angustiados, maltratados, de los cuales su generación
no fue digna, en un exilio atroz, errando por los desiertos, por los montes por las cuevas y las cavernas de la tierra".
(Ivrit 11:32-38)
En otras palabras, fueron absorbidos por el exilio hasta la hora de su redención. Pero aunque ellos pasaron, la
semilla del jasidismo no se ha perdido. Aquí y allá HaShem ha levantado el movimiento jasídico en medio de nuestro
pueblo, para preparamos así para la redención final y el reconocimiento oficial de la identidad del Mashiaj ben David,
que nos sea enviado pronto y en nuestros días.
Esta es la historia de nuestro movimiento, Qsta es la historia de nuestra herencia, este es nuestro judaísmo. El
Hasidut de Yeshua tiene que ser resucitado de nuevo entre nosotros. Nuestra gran misión es la formación de tantos
tzadiquim como nos sea posible, que vivan dentro del judaísmo, sin temor, sin avergonzarnos de quién es nuestro
líder y cuál es su legado.
Yeshua no vino a inventar un nuevo judaísmo. Ya tenemos judaísmo. Ya tenemos la Torah y la Halajah.
Pero Yeshua nos anima a ir más allá de la Halajah y redescubrir sus enseñanzas y ponerlas por obra como modelo
para nuestro pueblo, para esparcir su doctrina entre todas las naciones.
Y os digo algo, nuestro Rábi prometió que si él es levantado, atraerá sobre sí mismo a todos los judíos. "Y yo, si
fuere levantado, a todos atraeré a mí mismo". Tenemos la responsabilidad sagrada de mostrar quién fue realmente
Yeshua; y cuando el judío que tiene hambre y sed de HaShem se encuentre con él, no podrá ya más ser el mismo.
Tú y yo somos responsables de darlo a conocer, de mostrar su grandeza, su piedad, su doctrina, su herencia para
que otros no tomen más su honor, el honor que le pertenece por derecho propio, porque, como fue dicho de él,
"expuso su alma hasta la muerte" con tal de facilitar luego la redención final de Israel y del mundo, introduciendo
los méritos necesarios para el perdón de los pecados voluntarios, de los que no hay provisión alguna en el sistema
levítico convencional, sino solamente condenación y juicio. Por los méritos del Tzadik de Israel, aquellos
pecados para los cuales jamás podríamos encontrar perdón y justificación, el Eterno perdona y justifica por la
intervención del Tzádik. El conjunto de libros autoritarios y sagrados que tenemos delante, nos muestran cómo
podemos adelantar la redención, colaborar con Mashiaj en la restauración de todas las cosas y esperar que el
Eterno, nos lo envíe prontamente y en nuestros días.
D. A. Hayyim Yerushaláyim, Jánuca 5765 Diciembre 2004